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Cómo aprender a quererse por Zoom

Natalie Morales y Mark Duplass protagonizan “Language Lessons”
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  • Periodista. Amante de muchas cosas. Experta oficial de ninguna. Admiradora tardía de Kiarostami y Rohmer. Hablo alto, llego tarde y escribo en La Razón

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Desde que hace poco más de dos años irrumpiera una pandemia de escala mundial y sus consecuencias se convirtieran en parte indisoluble de nuestra cotidianidad, la comunicación, en el término más amplio y genérico de la palabra, aceleró la efectividad de sus ramificaciones digitales y diversificó los canales por los que hasta ahora se venía produciendo. Las pantallas se convirtieron en las grandes aliadas contemporáneas de los encuentros a distancia y en la única manera de sentirnos cerca a pesar de no poder tocarnos. Las videollamadas sustituyeron la calidez de las manos y el indescifrable proceder de las miradas.
Tal fue –y tristemente sigue siendo– la integración inmediata de los dispositivos electrónicos en la dinámica de las relaciones tanto profesionales como personales que no debería extrañar en absoluto el hecho de que parte del lenguaje cinematográfico actual añada en sus discursos y propuestas esta realidad de conexión virtual como ya vimos en el último trabajo de Jonás Trueba, “Quién lo impide”, en donde los protagonistas se comunicaban con el propio cineasta al comienzo y al final de la trama mediante Skype o el caso de “Host”, en donde Robert Savage presentaba 50 minutos de terror inmersivo y un único escenario con la premisa de un rodaje hecho íntegramente a través de la conocida plataforma de videoconferencia, Zoom.

Profesora-alumno

Sirviéndose precisamente de esta herramienta, es ahora Natalie Morales quien decide explorar a través de “Language Lessons”, su íntimo y original bautismo como directora, el nacimiento de una relación absolutamente luminosa y compleja, platónica, a ratos emocionalmente dependiente y alejada de forma consciente de cualquier tipo de romanticismo porque ya va siendo hora del destierro de teorías arcaicas y absurdas que defienden la imposibilidad de amistad entre hombres y mujeres -cuánto daño hizo “Cuando Harry encontró a Sally”- entre una profesora de español de orígenes cubanos que reside en Costa Rica llamada Cariño (la propia Morales) y Adam, su alumno estadounidense interpretado por Mark Duplass, a quien su marido ha regalado por sorpresa un pack de clases de inmersión lingüística.
“La idea inicial fue iniciativa mía porque estaba dando clases de español a través de un instituto en Guatemala y entablé una relación preciosa con mi profesora y como Natalie y yo ya nos conocíamos de haber trabajado juntos en mi serie, “Room 104″ y sabía que tenía mucha curiosidad y ganas de dirigir, le propuse el reto con la sensación de que haría un estupendo trabajo”, reconoce Duplass en entrevista con LA RAZÓN desde el mismo salón de su casa en el que grabó sus intervenciones en la cinta.
“El hecho de trabajar mano a mano los dos en el guion durante la pandemia, en mitad de una situación tan extraña a nuestro alrededor en la que te sentías desconectado, con confinamientos y restricciones... y rodar a través de una pantalla la verdad es que intensificó mucho mi relación con Natalie”, continúa. Cuando le preguntamos si en algún momento el idioma ha supuesto algún problema para él como actor, asegura que “cuando estoy ensayando en inglés, que es mi idioma natal, soy capaz de expresar con palabras quién soy y lo que soy capaz de sentir, pero si lo intento en español –pese al buen dominio que demuestra– no puedo recurrir a tantas palabras como me gustaría, pero me encanta someterme a este tipo de retos en mi profesión. Disfruto con los obstáculos”, señala. En esta suerte de encuentro improvisado y hermoso entre dos personas heridas “vemos cómo Cariño y Adam empiezan a quererse, pero también la manera en la que comenzamos a hacerlo Natalie y yo”.