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Diversidad

“Mundo extraño”, o la receta de la diversidad de Disney contra el Apocalipsis climático

Don Hall y Qui Nguyen dirigen la apuesta animada de Disney para estas Navidades en clave de diversidad, con un protagonista explícitamente homosexual y sin escenas “eliminables”

El joven Ethan Clade es el primer personaje abiertamente homosexual de Disney, sin escenas eliminables en el metraje de "Mundo extraño" para poder estrenar la película en países homófobos
El joven Ethan Clade es el primer personaje abiertamente homosexual de Disney, sin escenas eliminables en el metraje de "Mundo extraño" para poder estrenar la película en países homófobosDISNEY

Como cada año por estas fechas, Disney presenta sus cartas para hacerse con la taquilla navideña. A la espera de “Avatar: el sentido del agua”, que promete reventar récords a partir del 16 de diciembre, la Casa del Ratón estrena “Mundo extraño”, su apuesta por la animación y su penúltima película del año, antes de que el regreso a Pandora nos haya privado incluso de alguna incursión más en el Universo Cinematográfico de Marvel. Así, en la película dirigida por Don Hall y Qui Nguyen, y que avanza firme estos días en la recaudación española haciendo acueducto del puente, conocemos a los Clade, el clan de exploradores más importante de Avalonia. ¿Qué es Avalonia? Una especie de mundo paralelo al nuestro en el que no se ha descubierto la electricidad y todo es arcaico. ¿Todo? No, porque en la nueva utopía de Disneyreina la diversidad y no hay espacio para la discriminación, por ejemplo, en materia de identidad sexual.

“Me gustaría dejar claro que no hubo ninguna pelea. No tuvimos que pelear explícitamente por nada. Simplemente, había un deseo de mostrar el mundo de la manera más diversa posible y reflejar, en realidad, cómo es nuestro de mundo. Con la riqueza de aproximamientos que ello supone. Sí, es un mundo fantástico, con sus propias reglas, pero tenía que ser relacionable con nuestro mundo. Con nuestra realidad. Y ser coherentes con lo que vemos en nuestro día a día, en nuestros puestos de trabajo. Así es, por ejemplo, Disney Animation”, explica Hall a LA RAZÓN, que viene de trabajar en los guiones de “Vaiana” o “Raya y el último dragón” y que aquí crea un mundo propio, con inspiración en “Viaje al centro de la tierra”, pero único en su diseño: “Ethan, nuestro protagonista, era gay desde el primer minuto del proyecto. Y siempre tuvimos el apoyo de la compañía. Nos sentimos muy apoyados”, completa para zanjar cualquier posible polémica, con un personaje adolescente y explícitamente homosexual, lejos de las escenas “eliminables” que luego permiten a la compañía estrenar sus producciones en países sistemáticamente homófobos como Arabia Saudí o China.

En su versión original, "Mundo extraño" cuenta con las voces de Jake Gyllenhall o Dennis Quaid
En su versión original, "Mundo extraño" cuenta con las voces de Jake Gyllenhall o Dennis QuaidDISNEY

“Mundo extraño”, que en su versión original cuenta con las voces de Jake Gyllenhall o Dennis Quaid es, en el fondo, una historia sobre el choque generacional, sobre el trauma convertido y heredado entre padres e hijos y, también, sobre la empatía que demanda terminar con los ciclos tóxicos. “Acabábamos de terminar “Vaiana” cuando surgió el proyecto, allá por 2017. Tras un período de vacaciones bastante largo solo podía pensar en mis hijos y en el mundo que les iba a dejar, el mundo en el que tendrían que vivir. Y también en el mundo que yo había heredado de mi padre, que era granjero. ¿Qué es ser un buen ancestro? Ahí empezó todo”, explica Hall, que reconoce influencias “Indiana Jones en busca del Arca Perdida” y que en su película lo juega todo a la ansiedad climática.

Por eso, su Ethan protagonista está concienciado de los límites de los recursos. Y por eso, su padre en la película, Searcher, tiene que lidiar con el trauma de un abuelo desaparecido y egoísta y la posibilidad de que, como él en su momento, su hijo quiera buscar su propio camino. La excusa dramática en “Mundo extraño”, verdaderamente bien contada en el agradecido metraje de la película (apenas supera los 100 minutos en tiempos de duraciones mastodónticas), es el pie a tierra en una trama que lidia de manera explícita con el cambio climático, con lo finito y efímero de nuestros modos de vida y, en general, por la desazón que puede generar el futuro en las nuevas generaciones. El triunfo, quizá, es que el filme es una cerilla perfecta para hablar de ecologismo con los más pequeños de la casa.

”No creo tanto que la conversación acerca del cambio climático tenga que ser la gente contra el petróleo, o la gente contra las grandes compañías. El desafío pasa por evaluar el cambio que queremos ver y del que queremos formar parte como individuos para vivir en un mundo mejor. Por supuesto, cuando empieza la película queremos dar a entender que lo desconocido da miedo, que son monstruos, pero esas son solo las consecuencias de nuestros actos sobre ese mundo extraño. Que es, a su vez, nuestro mundo. ¿Cuál es el rol de los Clade ahí? Esa es la pregunta de la película. Claro que la metáfora con el petróleo está ahí, pero se trata de ir cambiando de una en una conciencia para poder cambiarlas todas”, explica meridiano y directo Nguyen, sobre una película que no debería pasar desapercibida por lo relevante y estrictamente contemporáneo de su mensaje.