Ariana Grande: No dejéis que los hombres se acerquen a mí

La artista estadounidense pisa fuerte con tacones de aguja y rompe el techo de cristal femenino con un martillo al más puro estilo Thor.

Y Dios, que es mujer, creó a la mujer. Así lo canta a quien quiera escucharla y verla, y ya lleva más de 20 millones de visualizaciones en internet de su nuevo vídeo, Ariana Grande, una artista empoderada que se sitúa en la cima del mundo, literalmente, pisa fuerte con tacones de aguja, rompe el techo de cristal femenino con un martillo al más puro estilo Thor, cambia el rumbo de la Tierra con un simple y contundente giro de caderas y a la que le resbalan, también literalmente, los más soeces improperios que le dedican un grupo de hombres diminutos (del tipo de «puta» o «falsa», por citar dos) mientras ella los observa plácidamente sentada sobre un libro abierto.

«God is a Woman» (Diso es mujer) proclama desde su atalaya privilegiada al tiempo que se mimetiza con «La Creación», pintada por Miguel Ángel, que ilumina la Capilla Sixtina. Sí, ella, que es grande, ha sustituido al Creador de barba blanca por una fémina y a Adán por ella misma, rodeada de una corte de mujeres. Y es que parece que utilizar obras de arte se está poniendo de moda en el mundo del pop tras el recorrido que Beyoncé y Jay-Z hacían en el Louvre para su nuevo álbum (y al que la pinacoteca francesa ha sacado ya rendimiento montando precisamente un «tour» para visitar las obras frente a las que posaron. Ay, el que no corre vuela) y esta nueva incursión de la artista, novia de Pete Davidson. Por si no hubiera reclamos suficientes en el vídeo ha fichado a Madonna, a la que no se ve pero se escucha.

Recita de manera muy particular unos versículos de la Biblia: «Y os aseguro que vendré a castigar con gran venganza y furiosa cólera a aquellos que pretendan envenenar y destruir a mis hermanas». No hay que explicar más. A sus 25 años ha lanzado el más contundente alegato feminista que se puede escuchar hoy en la música. Por si a alguien le quedaba alguna duda de su feminismo militante en Twitter ha dejado por escrito esta lúcida frase: «El coño es un privilegio». Alto y claro.

Si el apóstol san Marcos recogía aquella célebre frase pronunciada por Jesús, «dejad que los niños se acerquen a mí», la grande Ariana lo que parece desear es que ningún elemento masculino se aproxime a su recién creado reino, que es de este mundo. No sabemos qué pensará el tal Davidson de esa presunta homofobia de su compañera de peripecia vital.