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cine

Crítica de "Daniela Forever": sueño de amor eterno ★★★

Dirección y guion: Nacho Vigalondo. Intérpretes: Henry Golding, Beatrice Grannò, Aura Garrido, Nathalie Poza. España, 2024. Duración: 113 minutos. Drama de ciencia-ficción.

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Hay varias películas estimulantes latiendo en “Daniela Forever”. La más interesante vincula el cine con el duelo y, por extensión, con la muerte, casi como si Nacho Vigalondo hubiera querido repensar el “Sueño de amor eterno” de Henry Hathaway en clave digital o hubiera preferido retomar la distopía amorosa de “Te amo, te amo” de Resnais como inevitable secuela de la masculinidad tóxica de “Colosal”. Porque el filme cuenta la historia de cómo un espectador se convierte en cineasta, y de los peligros que eso conlleva cuando en ese proceso el recuerdo de lo amado -la memoria hecha imagen que un día habitamos- se transforma en la proyección de nuestro deseo futuro, en la puesta en escena de una ficción que resucita a los muertos, y a la que podemos controlar. 

Es muy atractivo que Vigalondo trabaje los dos universos en los que vive su deprimido héroe -un Dj que intenta superar la pérdida de su novia despidiéndose de ella en sus sueños lúcidos- en dos formatos de textura visual tan opuesta como el Betacam y el digital de colores vivos y hechuras amplias. Y, sin embargo, a menudo este “Vertigo” declaradamente onírico depende en exceso de las reglas del juego establecidas por su argumento, y no sabe superar su dimensión de ‘loop’ replegado en sí mismo, como si toda la intensidad emocional que atraviesa su planteamiento teórico fuera incapaz de poner los pies en el suelo. 

Lo mejor: 

Su original aproximación al tema del duelo, en clave de fábula de ciencia-ficción de corte onírico.

Lo peor: 

Funciona mucho mejor en el plano teórico que en el práctico.