Estreno
Crítica de "Eddington": América tiene miedo (de sí misma) ★★★
Dirección y guion: Ari Aster. Intérpretes: Joaquin Phoenix, Pedro Pascal, Emma Stone, Austin Butler. Música: The Haxan Cloak, Daniel Pemberton. Estados Unidos, 2025. Duración: 148 minutos. Drama.
“Eddington” sería la película pandémica que el Robert Altman de “Nashville”, imbuido de esa conciencia política apocalíptica típica de la era post-Nixon, habría dirigido con ganas de tocar las narices a republicanos y demócratas. Ari Aster aún no es capaz, como lo hacía Altman, de generar distintos huracanes simultáneos sin que tengamos la sensación de que está perdiendo el control del viento, pero quizás de eso se trata, de retratar un país (Eddington=América) que está fuera de control.
La película tiene una sinopsis corta -la rivalidad del sheriff local (Phoenix) contra el alcalde (Pascal) para ser elegidos en las próximas elecciones municipales-, y una larguísima, en la que se superponen secundarios y convidados de piedra en un palimpsesto de tramas que alude al COVID-19, el confinamiento, las teorías de la conspiración de la extrema derecha trumpista, las ‘fake news’, el auge de la ideología ‘woke’, el terrorismo doméstico, la violencia policial, la colonización de las corporaciones tecnológicas, las sectas y el escrutinio totalitarista de las redes sociales. Ergo, la contemporaneidad en toda su proteica, lábil mutabilidad.
Uno de los problemas de “Eddington”, que ya estaba presente en parte en “Beau tiene miedo”, es que Ari Aster parece tener demasiadas cosas que decir, y sus ideas se pisan unas a otras, no se tienen el suficiente respeto como para crear un espacio de resistencia coherente. Lo que queda, al menos políticamente, es una película equidistante. Es lo que tiene el cinismo, o el nihilismo: para Aster, que, como demostró en “Midsommar”, desconfía en la bondad de las comunidades, la locura es lo único que queda tras el naufragio.
Es, por otro lado, admirable que exista un filme tan desconcertante en su mezcla de tonos y registros, en sus derivas violentas -del western pasamos al noir de filiación coeniana-, en su manifiesta hostilidad contra el espectador de multisalas. Aster ha tenido más suerte que el Richard Kelly de “Southland Tales”, clásico de culto que fue condenada al ostracismo en Cannes del 2006 por vaticinar, en clave pop, la América distópica que “Eddington” retrata fiel a una realidad que supera toda (ciencia)ficción. El descaro y la ambición de la película, apoyada en un rosario de interpretaciones notables -en especial, las de Phoenix y Austin Butler como el guerú de una secta-, la salvan de sus excesos, aunque sus logros sean más coyunturales de lo que le gustaría admitir.
Lo mejor:
Es una película ideal para explicar el asesinato del trumpista Charlie Kirk, ese es su poder de vidente.
Lo peor:
Es irregular, dispersa, rugosa, demasiado larga, y a veces da la impresión de que sus dardos cambian constantemente de objetivo.