Crítica de "Hypnotic": carne de algoritmo ★1/2

Dirección: Robert Rodriguez. Guion: Robert Rodriguez y Max Borenstein. Intérpretes: Ben Affleck, Alice Braga, JD Pardo, William Fichtner. USA, 2023, 93 min. Género: Fantástico.

El cine ‘exploitation’ hizo del sucedáneo su razón de ser. Con presupuestos ínfimos y sobredosis de desvergüenza, aprovechaba la marea de los éxitos de masas para replicar argumentos y tropos visuales desde la cuneta de la industria. Si “El exorcista” y “La profecía” arrasaban, siempre había un Alberto di Martino para dirigir “El anticristo” y “Holocausto 2000”. Aunque, probablemente, no sea la fértil imaginación de los ‘exploits’ italianos la que haya contaminado el espíritu ‘low cost’ de Robert Rodríguez, que debe haberse mirado en el espejo de Roger Corman para facturar “Hypnotic”. La película del director de “El Mariachi” legitima el cine de Christopher Nolan como una categoría en sí misma que clonar, aunque, bendita paradoja, se fije en títulos como “Memento” u “Origen”, que representan una etapa del director británico que, a la luz de “Oppenheimer”, parece superada.

Lamentablemente, Rodríguez no es Roger Corman. “Hypnotic” es el triste síntoma del presente del cine ‘exploit’: desaparecidos los ‘drive in’ y las salas de barrio, esos pequeños, lúdicos ejercicios de metacine, irónicos y feístas, como a medio acabar, que hacían del error toda una poética del placer entregada a la lectura festiva de su público, se han convertido en carne de plataforma. El problema de “Hypnotic” no es ni su incomprensible argumento -un policía (hierático Ben Affleck) atormentado por el secuestro de su hija es acorralado por el líder de una secta de hipnotistas que recuerda mucho al Michael Ironside de “Scanners”, desatando una intriga laberíntica en la que realidad y simulacro son la doble cara de un mismo universo virtual- ni que los personajes existan para parar la acción y explicarnos de viva voz sus giros de guion -ese es el papel de Alice Braga- ni tampoco el modo, tan torpe como descarado, de utilizar el cine de Nolan como cámara de ecos en la que apenas cabe el humor. Todo esto tendría un pase si “Hypnotic” supiera qué película quiere ser. Por mucho que Rodríguez demuestre que aún conserva músculo para enfrentarse a las escenas de acción, el problema, decíamos, está en el estilo que aletarga su metraje: en esa fotografía plana, sin brillo, que parece trabajada desde los pozos del algoritmo, o en esa planificación desganada, como imaginada por una inteligencia artificial en horas bajas. Lejos quedan, pues, los tiempos de “Planet Terror” o incluso “Machete”, en las que Rodríguez demostraba que tenía sangre (sucia) en las venas.

Lo mejor: William Fichtner es un villano extraordinario, habría que aprovecharlo más.

Lo peor: Su look de película de plataforma estándar, que traiciona su espíritu de película ‘exploit’.