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Desde Londres, una delicia

La Razón

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Entre la portentosa «Consagración de la primavera» con la Philharmonia bajo la batuta de Esa-Peka Salonen y el concierto de cierre de temporada de Rattle con la Filarmónica de Berlín, se acercó a Madrid Michael Tilson Thomas con la London Symphony, de la que es director invitado principal.
Ciclo de Ibermúsica
Obras de Copland, Britten y Shostakovich. Orquesta Sinfónica de Londres. Director: Michael Tilson Thomas. Auditorio Nacional. Madrid, 5 - VI -2013.
Entre la portentosa «Consagración de la primavera» con la Philharmonia bajo la batuta de Esa-Peka Salonen y el concierto de cierre de temporada de Rattle con la Filarmónica de Berlín, se acercó a Madrid Michael Tilson Thomas con la London Symphony, de la que es director invitado principal. Trajeron un programa de interés, con el «Quiet City» de Copland y sus solos de trompeta y corno inglés de inicio, muy bien tocados por profesores de la agrupación que podían ser solistas. Sorprende la parca programación de la «Guía de orquesta para jóvenes» que Britten compusiera para un documental de la BBC con propósito didáctico, cuando es partitura que no sólo viene bien a los jóvenes sino a cualquier público. Mediante una serie de variaciones y una fuga final a partir de un tema del «Abdelasar» de Purcell, van apareciendo todos los instrumentos de una orquesta. Una magnífica ocasión para aprender a diferenciar unos de otros y, en este caso, para quedar deslumbrados por la calidad de la London Symphony. Una gozada escuchar sus secciones de cuerda, madera, metal o percusión.
Cerró el concierto la más popular de las sinfonías de Shostakovich, la «Quinta». José Luis Pérez Arteaga escribió unas esplendorosas notas al programa de mano, en el que no sólo analizaba las obras sino que contaba las relaciones entre Britten y Shostakovich. Esta «Quinta, también con variaciones en su arquitectura, encierra una gran intensidad en su línea dramática, que impide que la tensión decaiga un solo momento. Tilson Thomas, con gestos expresivos, dirigió una versión potente de tempos bastante personales, recreándose en ellos sin perder fuerza. El mismo director anunció la dedicatoria del concierto a Sir Colin Davis, fallecido el pasado abril, titular y más tarde presidente de la LSO.