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El Puma: cantar para contarlo

El Puma, en The Filmore, en Miami, donde arrancó ayer su gira «Agradecido Tour» que lo llevará por 30 ciudades de América y Europa
El Puma, en The Filmore, en Miami, donde arrancó ayer su gira «Agradecido Tour» que lo llevará por 30 ciudades de América y Europalarazon

«Gracias a Cristo que me trajo de la muerte», dijo José Luis Rodríguez «El Puma» a sus fieles tras regresar en la noche del sábado a los escenarios. Ocurrió en el teatro Fillmore de Miami Beach, donde el artista, de 76 años, dio su primer concierto año y medio después de que fuera sometido a un doble trasplante de pulmón, algo no precisamente menor. Este fue el emotivo comienzo de una gira que le llevará por 30 ciudades de América y Europa. Desde Colombia a Chile, desde España a Francia, desde México a Argentina. Un tour mundial ciertamente ambicioso y cuya simple propuesta parece ser toda una declaración de intenciones del artista: El Puma está bien. Diciembre será la parada final del llamado «Agradecido Tour» con conciertos en su Venezuela natal. Miami asistió al primer «show» de El Puma desde que en septiembre de 2016 cantara en la ciudad colombiana de Barranquilla con una botella de oxígeno y en precarias condiciones de salud. Si entonces el espectáculo debía continuar, con muchos más motivos ahora. «Hay que seguir mientras haya energía en el cuerpo», dijo en una entrevista con motivo de su nueva gira. Tiene mérito el coraje que demuestra. En 2007 se supo que padecía una fibrosis pulmonar, una enfermedad de difícil terapia y que desembocó en un trasplante en diciembre de 2017. Dicen que en este tiempo se despidió hasta en tres ocasiones de sus familiares y seres más queridos. Pero si de algo pudo presumir El Puma durante toda su carrera fue de carácter y, envuelto en un halo espiritual, regresa a las tablas. Dice que se conectó con Dios, a cuya divinidad le pidió una oportunidad postrera para resolver cosas que había dejado sin hacer durante una vida bien vivida. Que gastó fortunas en intentar recuperar el tiempo perdido. Que dio importancia a lo pequeño y se ausentó de lo grande. Pero ahora quiere «agradecer a la vida». De ahí el teatral nombre de su gira. El Puma se presentó en Miami con camisa blanca, pantalón negro, cómodas zapatillas de deporte y pelo teñido, que tampoco es plan de descuidar la vanidad propia de quien siempre ha borrado con pala las huellas del tiempo. Y parece que su «resurrección» no se quedará en la gira, sino que en algún momento sacará tiempo para completar la grabación de un disco que conceptualmente nació con la categoría de «acústico» y que promete nuevas emociones. Mientras todo ello sucede, El Puma expone al mundo que su garganta planta cara a la muerte con una ambiciosa gira que también suena a reivindicación: es esquivar la caída de la guadaña con un poderoso movimiento de cadera.