En el origen fue el poema
La figura de Maqroll el Gaviero acompañó desde sus inicios poéticos a Álvaro Mutis. Ese alter ego, «esta especie de otro yo que escribe mis cosas», se convirtió en instrumento, en figura simbólica indispensable de cuanto quiso volcar en sus textos. Nacido de ensoñaciones literarias que el poeta no ha ocultado, sus lecturas de Conrad, de Melville, ese doble asume además una importancia decisiva, algo así como una verticalidad indicativa y catártica, una representación colectiva, en la que tiene mucho que ver la propia experiencia, hasta llegar a afirmar que «No hay nada en Maqroll que no sea mío». Maqroll va constituyendo, a lo largo de varias décadas, en su verso y en su prosa, algo más que una figura simbólica referencial, por su encarnadura humana, y por el peregrinaje que condiciona su existir, lo que lo convierte en paradigma del comportamiento humano y de la filosofía escéptica y desesperanzada del hombre de nuestro siglo. Su carácter de antihéroe le hace valer su independencia y lo lleva a perseguir múltiples objetivos y a fracasar siempre. Sus hechos y sus pensamientos inundan también de un característico componente épico a los poemas de Mutis cuya proximidad a la prosa ha sido advertida muy pronto.
La figura del Gaviero aparece en sus inicios poéticos, en la «Oración de Maqroll» de su primer libro «La balanza» (1948), título que después recupera en su segunda colección poética «Los elementos del desastre de 1953», trasvasándose a «Memoria de los hospitales de Ultramar» (1959) y «Los trabajos perdidos» (1965). Después invade, entre otros títulos, el espacio de la prosa en «La Nieve del Almirante» (1986), «Un bel morir» (1989), «Ilona llega con la lluvia» (1987), «Abdul Bashur, soñador de navíos» (1991) y «Tríptico de mar y tierra» (1993), relatos que se compilan en 1993, con el título general de «Empresas y tribulaciones de Maqroll el Gaviero».
La poesía de Álvaro Mutis, que se recoge desde 1973 con el título de «Summa de Maqroll el Gaviero», reivindica la épica y lo narrativo en estos tiempos en que la lírica no goza más que de muy reducidos círculos de lectores.
Poeta consciente de que el rigor y el continuo empeño con la palabra constituyen la raíz de su quehacer, considera que el poema es el centro en el que converge su escritura, y es por eso raíz, centro productivo y obligado de cuanto ha ido publicando. Sus poemas surgen casi siempre como testimonio y respuesta, tras muchos intentos frustrados en los que la voluntad del poeta se impone. Bajo esta tensa lucha se ejercita el trabajo poético que nace también de un cuestionamiento de la eficacia de la palabra y de las posibilidades que el poema tiene de encarnar la realidad.
En definitiva, Álvaro Mutis, ha creado una obra sólida con un eficaz instrumento expresivo, por eso ha llegado a decir Mario Benedetti que «Mutis inventa a Maqroll el Gaviero como García Márquez a Macondo, Onetti a Santa María, Rulfo a Comala» porque «Maqroll es también una región de lo imaginario».
Catedrática de Literatura Hispanoamericana de la Universidad de Salamanca