Polémica

Grecia arremete contra la serie de Alejandro Magno por la "imprecisión histórica" sobre su homosexualidad

Se vuelve a avivar la polémica alrededor de la ficción de Netflix: el Ministerio de Cultura griego rechaza su "extrema mala calidad y que está plagada de imprecisiones históricas"

Bruck Braithwaite interpreta a Alejandro Magno en la serie de Netflix
Bruck Braithwaite interpreta a Alejandro Magno en la serie de NetflixNetflix

Guerra y glorias, batalla y conquistas. Eso es lo que interesaba a Alejandro Magno. Fue rey a los 20 años, y extendió sus dominios más allá de donde nunca habría soñado: a través de Egipto, Asia Central o Persia. Su vida fue un hito, una auténtica epopeya, y eso ha querido transmitir la nueva serie de Netflix, aunque su trama se ha visto eclipsada por un detalle. "Alejandro Magno: la creación de un dios" tiene una temporada, seis episodios y varias polémicas. Ahora las críticas vienen por parte, nada menos, que del Ministerio de Cultura de Grecia: tildan la producción de Netflix como "una ficción de extremadamente mala calidad y bajo contenido, plagado de imprecisiones históricas". Especialmente, ponen el foco en la orientación homosexual del protagonista de la serie.

Lina Mendoni, ministra griega de Cultura, ha realizado estos comentarios en medio de la polémica alrededor de la serie, al mostrar una relación romántica entre Alejandro Magno y su confidente y amigo Hefestión. Un artículo de opinión publicado en el diario griego "Eleftheros Typos" ya se hizo viral, pues calificó a la ficción como "una distorsión de la verdad", culpando a la película "Alejandro Magno", dirigida por Oliver Stone en 2004 y protagonizada por Colin Farrell y Angelina Jolie, de iniciar "una campaña de propaganda sobre la homosexualidad" del conquistador.

Las de la ministra no han sido las únicas críticas, por tanto, que se han lanzado desde Grecia. Se unen también a las de Dimitris Natsiou, presidente de Niki, partido político cristiano de extrema derecha: tilda la serie de "deplorable, inaceptable y ahistórica", así como asegura que pretende "transmitir subliminalmente la noción de que la homosexualidad era aceptable en la Antigüedad, un elemento que no tiene importancia". Asimismo, Mendoni añade que "está repleta de imprecisiones históricas, demostrando el descuido del director y la pobreza del guion". "No se menciona a las fuentes que aseguren que la relación entre Alejandro y Hefestión vaya más allá de los límites de la amistad, tal como la definía Aristóteles", añade la ministra.

Asimismo, reivindica lo verdaderamente relevante de la historia de Alejandro Magno, quien "durante 2.300 años no ha necesitado, ni tampoco ahora, la intervención de ningún protector no solicitado de su memoria histórica o, aún más, de su personalidad y posición moral".

¿Medidas legales?

Estas críticas, ¿llevarán a algo más en términos legales? Lo de tomar medidas al respecto sería, para Mendoni, inconstitucional, pues en Grecia se ha protegido la libertad de arte desde principios del siglo XIX: "El Ministerio de Cultura no ejerce censura, no lleva a cabo accione que resulten en persecución o prohibición, no manipula ni limita, ni controla la difusión de información e ideas. La inspiración de los artistas, la interpretación personal y el juicio de los individuos no pueden, evidentemente, estar sujetos a un régimen regulatorio y de control, ni pueden ser gobernados por los tribunales ni arrastrados a ellos. Más bien, es evaluado y juzgado por cada uno de nosotros, por la comunidad internacional. Así es como también se evalúa Netflix”, zanja.