Todo está en los libros

Las librerías, los libreros, siempre tienen historias que contar. Las historias de quienes pasaron en busca de aquel libro que les cambiara la vida y las de aquellos que, a lo largo de los años, no hicieron otra cosa más que ofrecer lo que han escrito hombres y mujeres y lo que ellos, los libreros, supieron atesorar sobre numerosas estanterías. Eso es lo que le pasa a Vicenzo Fontana, el protagonista de «El último día Terranova», quien despliega una historia personal, la suya propia, y también la historia de la Terranova, una librería de La Coruña que, asediada por la especulación inmobiliaria, debe echar el cierre.

Fundada por sus padres, Amaro y Comba, y atendida durante años primero por su tío Eliseo y más tarde por él, por Vicenzo, la librería fue, desde que se estableció en el corazón de La Coruña sesenta años atrás, un sitio adonde convergieron amores y libros prohibidos, ideas y mujeres perseguidas, contrabandistas de sueños varios y de cultura. Personas y personajes que ante el inminente adiós de Terranova corren el riesgo de desaparecer junto con ella.

Así aparecen, entonces, varias historias. La historia del propio padre de Vicenzo, Amaro Fontana, autor de unas memorias manuscritas y uno de los fundadores del Seminario de Estudios Gallegos. La de su tío Eliseo, militante de la Internacional Surrealista, que le contaba historias a Vicenzo cuando éste, aquejado por la poliomielitis, debía pasar tiempo en «el pulmón de acero». Y la historia de Garúa, una mujer argentina que cambia de nombre como de identidad y a la que Vicenzo conoce en Madrid en el otoño de 1975, gracias a una edición de «El cazador oculto» de Salinger. La historia de una mujer tremenda que en la librería de Vicenzo encontrará, sin embargo, un refugio ante el horror y la barbarie de su país, que sufre una feroz dictadura militar.

Historias mínimas, sensibles y verdaderas. Historias cargadas de emoción y de aventura que, en conjunto, hacen de «El último día de Terranova» una novela coral, de personajes entrañables y de tramas perfectamente entrelazadas por una voz poética que se detiene, más que en los detalles, en los objetos que pueblan la memoria de esas historias: un revólver Seis Luces sin balas, un hacha llamada la Piedra del Rayo, una imagen de la Virgen Grávida de Chor del siglo XIV, un montón de libros que, reunidos en una librería de La Coruña conservan en sus páginas el color perenne de la memoria y resisten los embates contra la cultura.