Crítica de libros

Una novela para conciliar el sueño

Una novela para conciliar el sueño
Una novela para conciliar el sueñolarazon

Un clásico de las novelas de intriga psicológica es que nadie puede escapar de su pasado, ya sea porque sigue ahí atormentándole o porque vuelve con la virulencia de lo reprimido. Si, además, las protagonistas de «¿Estás dormida?» son dos gemelas, una buena y la otra mala, ¿cómo no recordar a las interpretadas por Bette Davis en «Una vida robada» (1946), Kate y Patricia Bosworth? Como los contenidos melodramáticos está fijados, a Kathleen Barber le queda actualizarlos mediante el recurso a los blogs, twitter y un podcast intrascendente y necio que desata una tormenta mediática al poner en duda el testimonio de una de las gemelas que condujo a la cárcel, quizá de forma injustificada, al asesino de su padre. En el blog, la autora trata de poner en evidencia las pruebas que condenaron al asesino y mediante el cuestionamiento del caso demostrar su inocencia. Como en el caso de Steven Avery, que mediante el documental «Making a Murderer» lograron exonerarlo. En esta novela se sustituye el anticuado qué dirán por el poderoso influjo de las redes sociales en la opinión pública y el juicio y castigo mediáticos de internet. El desplazamiento posmoderno vuelve a darle sentido a aquélla sección del «Jaimito» de 1950 «chistes viejos con caras nuevas».

Toques siniestros

Como esos viejos pero admirables melodramas familiares de los años 30 y 40, centrados en la vida familiar de la burguesía norteamericana, hoy desplazados a la clase media, conjuga idénticos toques siniestros y una intriga criminal que actualiza lo que hoy se conoce como «domestic noir». Ese que Almodóvar trata de copiar con nula fortuna. La nueva moda de la intriga psicológica es dividir la narración en un narrador protagonista y otro en tercera persona o con cualquier argucia como un blog para completarla. Estrategia retórica que permite al autor contraponer los dos puntos de vista, el íntimo y personal de la primera persona, más limitado, y un enfoque múltiple del narrador metadiegético, que pertenece al relato pero tiene una visión exterior. Que sea en forma de podcast y tweets de internet cumple la función de comentaristas de los protagonistas y sus peripecias, similar al coro griego en la tragedia. «¿Estás dormida?» es la típica novela para leer en vacaciones: no deja huella. Y es así, porque las numerosas autoras que se ciñen a la intriga psicológica lo hacen partiendo de unos tópicos establecidos: preponderancia del drama familiar con una intriga criminal poco elaborada, mero pretexto para alimentar el melodrama que viven sus protagonistas.

En el caso de la que nos ocupa priman los secretos familiares, el recuerdo culpable, la hipocresía de los lugareños y el secreto oscuro que como en los viejos melodramas vuelve para poner a cada uno en su lugar y reparar una injusticia. Que su autora, Kathleen Barber, recurra al blog de denuncia y se apunte al «Proyecto inocencia», puesto de moda en Estados Unidos con el documental de Netflix «Making a Murderer», demuestra su visión comercial.