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Edmundo Paz Soldán y su "paraíso" narrativo: “No pensamos en que no somos la única especie que habita el planeta”
El escritor está presentando su nueva obra, "El comienzo del paraíso", un libro de cuentas donde trata el cambio climático entre la preocupación y la asimilación
“Una verdad incómoda” era el título escogido para escenificar el documental en el que el político de la Casa Blanca Al Gore mostraba las preocupantes consecuencias del aumento de la temperatura terrestre. 19 años más tarde de su estreno, la cuestión sigue embadurnando la cultura. “Al ver que los líderes de las potencias más grandes del planeta son negacionistas del clima, sabes que estamos metidos en un gran problema”, indica Edmundo Paz Soldán. Él no es estadounidense, sino boliviano, pero da clases de Literatura Latinoamericana en la Universidad norteamericana de Cornell.
En los ratos libres que la academia le otorga, su pasión es escribir. Su pluma ha firmado once novelas, siendo “Área protegida” su más reciente. En esta ocasión, la convocatoria con LA RAZÓN se debe a un libro de cuentos. “El comienzo del paraíso” es una composición de nueve relatos cortos en los que el ecosistema y sus habitantes animales agarran el timón protagonista. Con ellos, su artífice pretende reflejar los cambios que se dan en la fauna a causa del calentamiento global. “No nos hemos puesto a pensar en lo que significa habitar un planeta en el que el ser humano no es la única especie”, estipula.
Su obra se engloba dentro de una vasta biblioteca sudamericana que abarca como temática neurálgica la naturaleza. El escritor recuerda que es una de las pocas literaturas que presenta sus propios subgéneros con marcas territoriales y naturales, como la novela de la selva o la vorágine. “En Latinoamérica hay mucha más conciencia de la necesidad de trabajar nuestra relación con el ecosistema”, explica.
El profesor ya había abordado en sus últimos años la narrativa climática a través de la novela. La predilección en esta ocasión por el cuento nace de un interés por contar aspectos más específicos de la lucha ecológica y coger préstamos de la fantasía con los que crear una atmósfera más distendida. De todos modos, constata que su tomo no tiene como público objetivo el infantil: “No busco ser didáctico, pero sí entrego alguna información que no pretendo simplificar para un chico de diez años”.
Un mundo, irremediablemente, en transformación
En las páginas de “El comienzo del paraíso” se mezclan la ironía con el grave problema medioambiental. Acepta que le es difícil ser optimista, pues el egoísmo social e institucional bloquean la creación de una conciencia colectiva. No obstante, hay una pequeña raya luminosa que le permite“seguir en la pelea”: “Ser desesperanzado en los resultados finales no implica que no me interesan estos temas”.
Esta dicotomía entre lucha y abandono es el punto clave de “El comienzo del paraíso”, y su titulación es el reflejo más fiel. Si bien se está sucediendo la extinción de muchas especies, también aparecen otras, y con ellas una reestructuración del globo terráqueo. Soldán también se siente parte de esta transformación, haciendo capaz definir su pieza como una suerte de autobiografía personificada.
Las modificaciones no se mantienen en los bosques, pues Soldán insiste también en cómo las nuevas tecnologías están rediseñando la socialización humana. “Chat GPT nos va a desayunar, comer, cenar y lo tendremos de postre”, atestigua con la vis cómica que impregna su pensamiento. Como no es posible su erradicación, toca adaptarse a él y, como hacen sus personajes, vivir una nueva existencia.
Si bien el creador puntualiza que este “paraíso” venidero no va a ser un Edén bíblico, abraza plenamente la renovación: “No quiero ser apocalíptico. Saldrá un nuevo ser humano que ojalá lo haga mejor que nosotros”. Si será así o no ya no le corresponde a él exponerlo. Mientras se va gestando, los lectores podrán disfrutar del libro y, quizá, empatizar con la biosfera para así no seguir repitiendo errores que, desgraciadamente, no parecen tener nunca punto final.