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Literatura

La IA, ese monstruo que asusta y fascina a la vez

Editores de toda Europa reflexionan en las Conversaciones literarias de Formentor sobre el futuro del libro y esa realidad que es ya la IA

Asistentes a las Conversaciones Literarias de Formentor Sonia Troncoso

Decía Hélène Cixous en la rueda de prensa con motivo del Premio Formentor otorgado este año, que la IA es algo le asusta y fascina a la vez. “No se puede escapar porque está aquí, estamos en un momento de plena mutación, en los inicios de una revolución cultural absoluta y lo importante es saber si va a reemplazar todo y cómo prepararse”. La IA está transformando la sociedad y amenaza el mundo editorial.

Ese es dilema sobre el que han debatido los editores europeos reunidos en las Conversaciones Literarias de Formentor, celebradas este año en Aranjuez. ¿Cómo afecta la IA a la creatividad, a la propiedad intelectual y al ecosistema editorial? ¿Estamos ante el peligro de que ésta entumezca la creatividad? Cuestiones que, junto a autores, críticos, incluso periodistas, los tienen alertados sobre algo desconocido del que aún no se sabe su verdadera dimensión y consecuencias.

Como resumía la periodista Berna González Harbour en las conclusiones finales de las Conversaciones: “Nos hemos dado cuenta de que nos está llamando una sirena que dice: ven a mí, soy Inteligente, soy Artificial, soy guapísima y muy sexy, nunca me quejaré, crearé libros sin que necesites autores y no les tendrás que soportar más. Los traduciré sin que necesites traductores. Los editaré, ilustraré, maquetaré, promocionaré sin costes de personas porque lo haré todo. Y lo haré en pocos segundos. Y ahí estamos, como Ulises. ¿Vamos a sus brazos o nos atamos al mástil del barco para resistir?”.

El milagro español

El milagro del “crecimiento de la venta de libros en la última década en España, especialmente en el sector infantil y juvenil y con las librerías reinventándose” como apuntaba Sergio Vila-Sanjuán, director del suplemento Culturas de 'La Vanguardia' y coeditor del Foro Edita Barcelona, invita al optimismo. El aumento de la lectura en niños y jóvenes puede dar grandes sorpresas. Juliette Ponce, directora editorial de Les Editions Dalva (Francia), y Camilla Dubini, de London Literary Scouting, lo destacaron como “un gran bolsillo de esperanza que puede dar frutos en el futuro”. Clara Capitao afirma que, “Portugal ha tardado pero ya ha recuperado niveles pre-crisis, crece infantil y juvenil, no la ficción”.

Pero también hay previsiones más negativas. Según Javier Gutiérrez, director general de la entidad de derechos VEGAP, experto en derechos de autor y propiedad intelectual, vamos a un nuevo paradigma. “La IA es una resolución extraordinaria, pero terrible enemigo de la creatividad, las nuevas disfunciones ponen en peligro esa creatividad”. Además están los derechos de autor, sobre los que Gutiérrez recuerda que “en la actualidad tienen una vigencia de 25 años y, legalmente, es solo aplicable al ser humano, no a las máquinas. Se considera que las creaciones de la IA no son originales y la propiedad es un derecho fundamental que permite una protección jurídica”.

Para Gianluca Foglia (Feltrinelli, Italia), “nunca se ha leído tanto en la historia de la humanidad, pero es cierto que no puedo asegurar que desaparezca la lectura de libros”. Según él, “la relación autor-editor debe ser una alianza espiritual y económica. “La IA es la gran sirena que nos dice: puedes hacerlo gastando menos. Pero, si eso pasa, será el fin”. Y Juan Alberto Vich, editor de Trépanos, también definió el papel de los editores: “No somos mejores por serlo, pero con nuestro trabajo sí podemos hacer un mundo mejor”. Para ellos, un factor clave en el mundo de la edición es la Imprevisibilidad, que para Foglia “es justo lo contrario del mundo de los datos que nos dicen cuál puede ser el más vendido”. O como afirma Juan Cerezo (Tusquets). “Se trata de encontrar ese libro que rompa los algoritmos, que sorprenda a los departamentos de marketing, los éxitos que no estaban previstos”. Claire Do Sêrro, directora editorial de ficción internacional en Editions Robert Laffont, recordaba que “la literatura literaria no es útil en los parámetros de un mundo que busca el beneficio inmediato, pero sí en algo más importante: es útil para el ser humano”.

Para Joaquín Palau, editor y fundador de Arpa Editores, “la IA está, se va a quedar y vamos a tener que gobernarla, estamos obligados a luchar para contener el monstruo. Es ya una herramienta de las editoriales y quien no la use está perdiendo una oportunidad de hacer más con menos trabajo”.

Margaux de Weck, directora editorial de ficción internacional de Diogenes Verlag (Suiza) afirma: “Tengo miedo de un mundo de máquinas que hablan con máquinas sobre máquinas que deciden qué publicar”. Ante la inevitabilidad de su llegada “hay que gobernarla, regularla, dominarla porque, como dijo María Lynch, directora de Casanovas & Lynch, es una amenaza para todo el ecosistema editorial a partir de solo dos, tres o cuatro empresas globalizadas que lo dominan”. También hay quien, como Claudia Casanova, editora de Ático de los Libros, propone una nueva etiqueta en defensa de la artesanía de la edición, de la parte humana en todo el proceso. Y al igual que una etiqueta nos recuerda que el libro está hecho de forma ecológica y que respeta los bosques, debe aclarar que está libre de IA”.

Superviviente de otras crisis

El libro ha sobrevivido a otras crisis, no es la primera que supera amenazas. En ese sentido, Piero Salabe, editor senior de ficción de Hanser Verlag (Alemania), afirma que “hay una élite cultural siempre pervive” y reveló que “en Múnich hay torres de libros en la calle que nadie quiere en pisos que hoy son más pequeños, pero la lectura siempre fue privilegio de clase culta y el mercado seguirá mientras esa minoría exista. Igual que los monasterios salvaron la lectura de la forma más misteriosa y rocambolesca, hay que confiar en un renacimiento”. Sobre todo porque ésta se reinventa con nuevos formatos y espacios que le están ayudando a crecer: podcast, grupos de lectura, recomendaciones compartidas en redes, el fenómeno fan con algunos autores, el papel de las librerías que se reinventan o los audiolibros, como cuenta Aleksi Siltala, director editorial de Siltala (Finlandia), que afirmó que allí y en Suecia, el 40% del mercado ya es audiolibro. “Mi primo que nunca leía hoy oye dos libros a la semana en su tractor”.

En esa mezcla entre el optimismo y el pesimismo, y a modo de epílogo Javier Gutiérrez recordó que “no hay civilización sin progreso tecnológico. Y que la diferencia entre la imprenta, la máquina de vapor, la electricidad, el tren o la IA es que cada una de esas revoluciones ha ido alejándose cada vez más de la comprensión del ser humano de lo que está pasando”. Pero queda claro que, a pesar de todo, se necesita del editor porque en este proceso de creación del libro, la edición sigue siendo una tarea clave, irrenunciable, enriquecedora.