La editorial Anagrama, responsable de la publicación y distribución del libro de Luisgé Martín «El odio», remató su comunicado de la semana pasada diciendo que se considera «en su derecho de publicar esta obra, pero esperaremos a lo que las resoluciones judiciales indiquen». Es importante este plural, ya que da a entender que el «nihil obstat» decretado por el juez de primera instancia anteayer no le es suficiente garantía al sello editor para aventurarse a publicar el ensayo sobre José Bretón, cuya puesta a la venta estaba prevista en un principio para hoy. Cabe presumir que Anagrama aguardará a que se pronuncie la Audiencia Provincial de Barcelona tras interponer ayer la Fiscalía un recurso de apelación sobre el auto dictado por el titular del Juzgado nº39 de Primera Instancia de Barcelona en el que se daba luz verde a la publicación de la obra de Luisgé Martín al rechazar suspenderla de forma cautelar. 

De momento, los editores, más allá de esas líneas espigadas del comunicado y alguna respuesta lacónica como que no hay «nada nuevo» y que «todavía no podemos pronunciarnos», no han dado pistas de la hoja de ruta que van a seguir con «El odio». Presumimos que por el momento el libro protagonizado por José Bretón no verá la luz tras ser removido de la preventa de plataformas como Amazon y de los escaparates digitales de cualquier librería, así como borrado todo rastro en la web de la editorial.

Consultadas las dos grandes cadenas libreras nacionales –La casa del libro y FNAC–, ambas aseguran que no tienen constancia de la puesta a la venta de «El odio» en sus distintos establecimientos. Interrogados también algunos comercios librescos de proximidad, como Luces (Málaga), Alberti (Madrid) y Palas (Sevilla) refrendamos que tampoco comerciarán hoy con el libro de Luisgé Martín. Si es verdad que la librera de Palas comenta que la distribuidora de Anagrama suele llegar a Sevilla los lunes, y que el pasado no les dejaron los ejemplares del mismo por su judicialización, pero que esperan recibirlo el lunes próximo. Otras librerías como Picasso, en Granada, directamente se niegan a vender «El odio» por reparos morales.