Para todos los gustos
Los libros de la semana: de la Inteligencia Artificial a la muerte olvidada de la guerra de Argelia
Entre las novedades, destacan «Ánima», de Michael Onfray, o «De nuestros hermanos heridos», de Joseph Andras
Nuestras almas en tiempos de la inteligencia artificial
Por Diego Gándara
El cuerpo es el lugar donde ocurren las cosas. Sin embargo, quien siente las cosas que ocurren en ese cuerpo es el alma. Aunque sin el cuerpo, ella se evaporaría en el aire y se perdería en el espacio sin fin ni tiempo. Porque el alma es, según señala el filósofo francés Michel Onfray, lo que hace que la vida de los seres humanos, que ocurre en el cuerpo pero se siente en alma, se haya vuelto esencialmente humana, y no solo eso: también perenne más allá de la finitud de la existencia o, lo que es lo mismo, una manera de expresar culturalmente lo que siempre se supo, lo que siempre se sabe: que la vida es finita.
En los pilares del hedonismo
Y es que en esta obra, Michel Onfray (Chambois, 1959), autor de libros como «El deseo de ser un volcán» o «La construcción de uno mismo», y punta de lanza, pero también continuista, de una filosofía sostenida en los pilares del hedonismo, traza un recorrido de eso que llamamos alma, y que no tiene que ver solo con ella sino también con el espíritu y el cuerpo.
Y, además, con la vida interestelar. Porque Onfray propone una mirada que tiene que ver con la genealogía de eso que antiguamente se llamaba ánima y, a su vez, una mirada enlazada con la trama del Universo y con la evolución de nuestra especie, que cada día se encuentra más obsesionada por huir del planeta Tierra que por habitar territorios marcianos. «Del alma inmaterial al alma digital, todo converge hacia la posibilidad» de que el día de mañana, o ahora mismo, estemos asistiendo a un nuevo humanismo que inaugura, a su vez, otro nuevo humanismo, señala Onfray, restableciendo una idea que no es novedosa: el futuro llegó. Y siempre es presente. Aunque, quién sabe, se pregunta, si en un mundo rediseñado por la inteligencia artificial, los humanos lo seguirán siendo o acabarán desintegrados en su huida hacia el futuro y en la verdad que la cultura no quiere revelar: que todos moriremos. Pero el alma, el pulso incesante de la vida misma, permanecerá.
- «Ánima», Michel Onfray. PAIDÓS. 440 páginas, 29,90 euros.
¿Y si Miguel Ángel hubiera sido un santo y Vasari, un perro servil?
Por Lluís Fernández
Hablar de novela histórica en el caso de «Perspectivas» es un fallo.Binet es un autor posmoderno que utiliza a su antojo a los personajes de la Alemania nazi, los intelectuales de la «French Theory» o la élite florentina renacentista con fines novelescos. Al igual que Tarantino recrea Hollywood, el escritor se sirve de los acontecimientos históricos para escribir obras policíacas metaliterarias en las que deconstruye y manipula acontecimientos y figuras históricas. El precedente de ello es «La guerra de las mariquitas» (1982), de Copi.
«Perspectivas» se trata de una novela epistolar en la que se entrecruzan misivas Cosme de Médicis con Giorgio Vasari y éste con Vincenzo Borghini; María de Médicis con su tía Catalina, reina de Francia, y Benvenuto Cellini con Piero Stronzzi, mariscal de ese país. Todos inmersos en una intriga detectivesca que indaga el asesinato del pintor Pontormo, amigo de Miguel Ángel. El pretexto es el tópico literario del encuentro de un manojo de cartas en un anticuario, que el ficticio autor, como Cervantes con el manuscrito del «Quijote», parodia con un pastiche impío de novelas epistolares galantes.
Un perro servil
La virtud es con qué facilidad se identifica el yo del lector con el yo del narrador y que este presenta acciones y personajes sin el fárrago discursivo de la novela convencional. Por ensalmo, el Renacimiento y la novela de detectives se amalgaman y hacen de Miguel Ángel un santo, de Cellini un intrigante y de Vasari un perro servil. La deconstrucción satírica está servida en «Perspectivas» como la realidad performativa en «La séptima función del lenguaje». Y no faltan alusiones actualizadas a la situación de la mujer de 1557. Ni el rencor, la envidia y el odio entre aristócratas y pintores narcisistas o comentarios sobre los sodomitas del mundo del arte florentino. Una comedia de enredo paródica que hace del delirio histórico un divertimento cultural con un final sorprendente.
- «Perspectivas», Laurent Binet. SEIX BARRAL. 336 páginas, 21 euros.
Una sátira de la pedantería intelectual
Por Jesús Ferrer
Gonzalo Hidalgo Bayal (Higuera de Albalat, Cáceres, 1950) responde al perfil del escritor de culto, de discreta proyección promocional, fidelizado público lector y admirativo reconocimiento de la crítica literaria. Una sólida trayectoria novelística –«Paradoja del interventor», «El espíritu áspero» y «La escapada», entre otras obras– le avala como uno de los mejores narradores actuales. Adscrito a un impecable realismo con derivas simbólicas, su escritura se caracteriza por la injerencia del azar en la cotidianidad, un tono absurdo de clara ascendencia kafkiana, la ambigua percepción de la realidad y una elaborada configuración de la prosa. El título de su más reciente novela, «Arde ya la yedra», sin aparente significado, tiene su intencionada justificación: es un palíndromo, una frase que tiene idéntico sentido leída de izquierda a derecha, y al revés; este recurso literario, que recorre ampliamente el libro, nos sumerge en una fábula tiernamente satírica sobre el impulso de escribir donde proliferan juegos lingüísticos, ingeniosas paradojas y jocosos equívocos.
El protagonista es un joven que está ideando una novela para presentarse a un premio de narrativa. Reponiéndose de un desengaño amoroso, con desnortadas expectativas vitales, y un inconsciente entusiasmo creativo, buscará en su entorno los posibles motivos de inspiración, concluyendo en que, más allá de temas y argumentos, es el estilo literario lo que conforma la excelencia estética y la amenidad lectora.
Inspiración creadora
Con este criterio pretenderá superar su particular desarraigo social: «No estábamos hechos el uno para el otro: ni el mundo para mí, ni yo para el mundo». En la escritura buscará su equilibrio personal y se encontrará ante el terror de la página en blanco, el origen romántico de la inspiración creadora, el poder liberador de la ficción y las imaginativas posibilidades del lenguaje. Con conmovedora ironía, sutil distanciamiento paródico y un conseguido humor entre jocosos palíndromos y ocurrentes juegos de palabras, la novela construye una sátira de la pedantería intelectual y una aguda reflexión sobre la creación literaria.
- «Arde ya la yedra», Gonzalo Hidalgo Bayal. TUSQUETS. 339 páginas, 19,90 euros.
La muerte olvidada de la guerra de Argelia
Por Sagrario Fernández-Prieto
Entre los años 1954 a 1962, el Frente de Liberación Argelino luchó por la independencia contra el gobierno francés, con Miterrand a la cabeza, ministro cuando empezó el conflicto y presidente del país durante su completo desarrollo. Un joven obrero comunista apoya la causa independentista y coloca una bomba en un lugar donde no puede provocar heridos ni víctimas, el artefacto es desactivado antes de estallar y es detenido; su nombre era Fernand Iveton, un «pied noir», esto es, un francés blanco que había nacido en Argelia. Este hombre fue interrogado y después torturado con una crueldad extrema y luego condenado a muerte. Su abogado solicitó, de hecho, un indulto que Miterrand denegó. Al final, Fernand fue decapitado «al alba», como cantaron después algunos poetas. Todo lo anterior es parte de uno de los capítulos de la historia que comparten Argelia y Francia. Con estos hechos, el escritor Joseph Andras reconstruye la vida de Iveton, su infancia en una familia humilde, su detención, el proceso y también su relación con una hermosa camarera llamada Hélène.
Las humillaciones
Albert Camus, que había nacido en la Argelia gala, algo que le marcaría posteriormente en su carrera, escribió también un artículo solicitando el indulto de Fernand. Él ya había contado en otras ocasiones las terribles desigualdades y humillaciones que se vivían en Argelia peores que la muerte, porque «la humillación arruina generaciones enteras». Pero todo fue inútil.
El autor cuenta esta historia dura y sombría con la precisión de un notario y el lirismo de un poeta. El realismo más detallado aflora tanto para lo bueno como para lo peor: las horribles torturas o la apasionada relación de amor se alternan con unas hermosas y breves descripciones, especialmente en el inicio de los capítulos: «El Marne le saca su lengua verde a la paz azul del cielo». El resto es puro y duro realismo, una narración muy impactante y sobrecogedora que deja en el lector imágenes para el recuerdo tan duras que da miedo no poder salir de una oscura celda.
- «De nuestros hermanos heridos», Joseph Andras. ANAGRAMA. 136 páginas, 17,90 euros.