Arte
Manuel Segade dice que la colección del Reina Sofía ha «caducado»
Da por liquidado ese legado, muestra sus intenciones de renovación y asegura que presentará programación a finales de 2023
Es probable que jamás entrara en los cálculos de Manuel Borja-Villel que su retrospectiva de «Angela Melitopooulos.Cine(so)matrix» serviría de marco de presentación del hombre que le sucedería en el cargo. Tampoco que esta muestra de la celebrada artista audiovisual, de la que se presenta un conjunto de sus proyectos más destacados, se convertiría en el escaparate donde se anunciaría la liquidación de «Vasos comunicantes», su personal reordenación de los fondos del Museo Reina Sofía. Manuel Segade, que reconoció que «ya tengo despacho oficial», subrayó lo que ya había anunciado a este diario la semana pasada: su intención de sacar adelante un consenso de los principales nombres del arte desde el siglo XIX hasta el presente y la subsiguiente renovación del trabajo anterior que apuntaló con una frase rotunda: «La colección permanente ha caducado».
Herencia
Manuel Segade, que presentará su programación expositiva a finales del año que viene –hasta entonces tendrá que respetar la que ha heredado de su predecesor, como es lógico y habitual–, considera que ha llegado la hora de «recuperar el relato permanente. Hay 24.000 fondos. Es una obligación que estos roten para que el público los pueda contemplar». Para ello ha pedido «consenso», un poco más de «tiempo» y también la intervención de diferentes «voces de dentro y fuera» para alcanzar la meta que se ha propuesto. «Quince años de trabajo continuo por parte de un equipo generas unas dinámicas propias y por eso a veces no se detectan otros estímulos y corrientes que existen», comentó. A pesar de sus declaraciones, para muchos el enigma de lo que representa su figura para el futuro del museo permanece y sigue siendo una incógnita a resolver. El rumor bascula entre si será «otro Manuel Borja-Villel», muchos se inclinan hacia esta posición, lo que sin duda no le auguraría un horizonte tranquilo visto lo visto, o si, por el contrario, corregirá el rumbo anterior y romperá con lo que se ha venido haciendo y que ha sido tan criticado durante el periodo anterior, como «el museo de barrio» y su apuesta por exposiciones que muchos han tildado de «elitistas», por no hablar por las vinculaciones políticas.
Cuando se le ha preguntado, precisamente si él organizaría una muestra como la de Angela Melitopoulos, aseguró sin vacilar que ella es muy conocida, pero también ha comentado sin titubear que él le hubiera dado una orientación diferente. También es llamativo su compromiso con la exposición de Picasso, la más importante que tiene esta institución en el calendario y que abrirá sus puertas en noviembre. «Yo también la habría hecho». Segade reconoció que antes de apostar por nombres prefiere «ver cómo funcionan los equipos que existen en la actualidad. Creo que lo más urgente y lo primero que debemos generar es confianza». Luego mostró su preocupación por las cifras de visitantes: «No me obsesiona, pero me preocupa. Por eso, para atraer públicos distintos, hay que combinar la programación», ha declarado.
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