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HISTORIA

Marina Münkler escribe sobre los años en los que el mundo cambió para siempre

El libro «El amanecer de una nueva era. El convulso siglo XVI», repasa conflictos decisivos de la época

Asedio de Viena, 1529
Asedio de Viena, 1529Frans GefflesFrans Geffles

Resumir en poco menos de 500 páginas todo un siglo es una tarea complicada a la que, sin embargo, se ha enfrentado la especialista en la Edad Media y profesora de literatura y cultura antigua y moderna en la Universidad Técnica de Dresde, Marina Münkler.

La autora ha publicado «El amanecer de una nueva era. El convulso siglo XVI» (Editorial Crítica), una época en la que se dieron varios conflictos decisivos que supusieron un antes y un después en lahistoria de la humanidad.

Portada del libro "El amanecer de una nueva era. El convulso siglo XVI"
Portada del libro "El amanecer de una nueva era. El convulso siglo XVI"CríticaCrítica

Hablando para LA RAZÓN, Münkler, consciente de que es imposible narrar la historia de un siglo en su totalidad, explica que este periodo «estuvo marcado por tres acontecimientos centrales: la expansión de Europa hacia la India y el Nuevo Mundo; la expansión del Imperio Otomano hacia Europa; y la ruptura de la unidad de la cristiandad romana a través de la Reforma».

Tras el descubrimiento de América nació el deseo del dominio europeo y de la expansión de su cultura y de su poder en estas nuevas tierras que cambiaron para siempre la realidad geográfica del mundo tal y como se conocía hasta entonces.

El nuevo mundo

«Los europeos, a través de sus conquistas en el Nuevo Mundo y su dominio del Océano Índico, se consideraban técnica y civilizacionalmente superiores a otros pueblos», asegura Münkler, quien también expone cómo el debate sobre la legitimidad de la conquista no es exclusivo de nuestro tiempo, sino que ya se generó en el XVI. «El derecho de guerra medieval no reconocía el derecho de conquista, sino solo el derecho de defensa, lo que significó que la conquista del Nuevo Mundo no estuvo exenta de controversia».

Marina Münkler
Marina MünklerCríticaCrítica

Los otomanos

Sostiene la autora que otro de los conflictos relevantes del siglo XVI, el del enfrentamiento con el Imperio Otomano, la otra gran potencia en esta época, hizo que la invencible Europa fuera consciente de su inferioridad militar y, en algunos aspectos, cultural. «La presión ejercida por el Imperio Otomano sobre Europa desde la conquista de Constantinopla en 1453, las posteriores conquistas en los Balcanes y, finalmente, el asedio de Viena en 1529, hicieron que Europa se sintiera profundamente amenazada y su propia existencia se pusiera en duda».

Esa sensación de amenaza generó una atmósfera enrarecida que la autora califica como «ensombrecida y acompañada de visiones apocalípticas». Asegura Münkler que esa corriente oscura repercutió negativamente en el tercero de los grandes conflictos acaecidos en el convulso siglo XVI. «Alimentó el gran conflicto de la Reforma. La ruptura de la unidad cristiana significó que la Iglesia Romana ya no podía considerarse una institución capaz de unir a todos los pueblos».

La hora de la imprenta

En el éxito de la Reforma en algunas partes de Europa, también tuvo que ver un invento del siglo XV del que se comenzó a sacar cada vez más partido en el siglo XVI. Se trató de la imprenta, que revolucionó los métodos de comunicación para siempre. «La invención de la imprenta a mediados del siglo XV sentó las bases para la producción de panfletos, que dominaron el siglo XVI. Estos panfletos, que podían reproducirse rápidamente y distribuirse ampliamente, alcanzaron un público mucho mayor que el que tenían antes. Como resultado, las noticias se difundieron con mucha más rapidez. El éxito de la Reforma en algunas partes de Europa se debió en gran medida a la propaganda panfletaria».

Ante las explicaciones que la escritora nos ofrece sobre este asunto, percibimos que hay cosas que no han cambiado mucho desde entonces hasta ahora: «En el siglo XVI, los panfletos eran el medio en el que se desarrollaban los conflictos centrales de la época. Estos métodos de comunicación estaban dominados por la invectiva, que culminaba en insultos y desprestigio». Münkler concluye que, sin ninguna duda, el impacto de todos estos conflictos mencionados ha marcado «profundamente», recalca, nuestro presente. «Esto es evidente en nuestro idioma: por ejemplo, cuando hablamos de América hoy, el nombre deriva de Américo Vespucio, el piloto mayor de los reyes españoles. La Reforma también tuvo un profundo impacto. El cisma en el cristianismo occidental continúa hasta nuestros días».