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Música

Muere Ryuichi Sakamoto, el mago de las bandas sonoras

Galardonado con un Óscar a la Mejor Banda Sonora Original por el filme "El último emperador", sufría un cáncer en fase terminal

Con El músico y compositor japonés Ryuichi Sakamoto ha fallecido a los 71 años a consecuencia de un cáncer colorrectal que sufría desde 2020 y que había avanzado a estado terminal. Era el segundo cáncer tras el de garganta que le fue detectado en 2014 y que había superado. Mientras se encontraba en tratamiento, Sakamoto siguió creando trabajos siempre que su salud lo permitía. Vivió con la música hasta el final, tal y como recordaba su agencia en un comunicado que no tenía nada de hipérbole. El músico falleció el pasado miércoles en la más estricta intimidad, pero su familia no ha confirmado el deceso hastra tres días después de luto y duelo.

Sakamoto, autor de grandes bandas sonoras y músico multidisciplinar siempre abierto a la vanguardia, se dedicó a la música hasta su último aliento. Hace apenas tres meses, consciente del final inevitable de su enfermedad, publicó “12”, su último álbum, un trabajo en el que entonaba su despedida, un adiós bellísimo y etéreo que contenía inevitablemente a algunos pasajes lúgubres en los que volvía a demostrar su maestría a los sintetizadores. Pero ¿cómo no iba a sonar un poco luctuoso alguien que, mientras componía, era intervenido a seis cirugías, una de ellas durante 20 horas, para tratar de eliminar varios tumores? En ese último trabajo, el japonés se mantenía fiel a su estética vanguardiasta y a su gusto por el collage sonoro. En el trabajo se colaban voces de muertos como Paul Bowles haciendo lecturas y las de David Sylvain, junto al rumor de las calles de Tokio. Y, como siempre, su admiración simultánea por Bach y por John Cage tras cada movimiento.

“Ars longa, vita brevis. (El arte es largo, la vida es corta)”, decía su agencia de representación como epitafio, citando una de las frases favoritas del compositor japonés. Galardonado con un Óscar a la Mejor Banda Sonora Original por el filme “El último emperador”, Sakamoto había sido antes un visionario de la música electrónica con us grupo experimental Yellow Magic Orchestra, desde principios de los 70. Aunque siempre rehuía de la etiqueta de pionero, lo cierto es que sus trabajos son contemporáneos de los considerados como tales, de Karftwerk y Giorgio Moroder, por ejemplo. Sin embargo, algo en la perspectiva de Sakamoto era especial. Había estudiado etnomusicología para profundizar en la herencia y tradiciones de Japón, pero también conoció a fondo otras culturas como la india y varias de África. Además, poseía formación clásica. Estaba fascinado por Bach y Debussy, y, con todos esos elementos, se encontró con un alfabeto nuevo, un instrumento futurista: los sintetizadores de reciente aparición como el Buchla, Moog y ARP.

Con esos argumentos, y un estilo que para los clásicos era demasiado pop y, para los poperos, muy clásico, Sakamoto componía sin molde: «Tengo un piano en la cabeza. Puedo imaginarme las notas y ver el pentagrama. No necesito nada más para hacer música», solía decir.

Quizá por su capacidad para atrapar la abstracción, desctacó en el apartado de bandas sonoras, donde recibió numerosos premios y escribió la música de recordados títulos como "Merry Christmas Mr. Lawrence" ("Feliz Navidad Mr Lawrence", 1983), en la que también actuó dando vida al comandante de un campo de prisioneros japonés durante la Guerra del Pacífico, "The Last Emperor" ("El último emperador", 1987) o "The Revenant" ("El renacido", 2015).

Su último concierto fue el pasado 11 de diciembre, en formato "online" para que sus fans de diferentes husos horarios pudieran escucharlo, y cuando su cáncer se encontraba ya en fase IV, por lo que muchos de sus seguidores pensaban que podía ser el último.