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Sólo nos quedará el «streaming»

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Sólo nos quedará el «streaming»larazon

El cambio ya está aquí: el consumo de música on-line es el modelo del futuro, mientras las compañías inician una carrera comercial

Los últimos datos lo confirman: la gran esperanza del sector discográfico está en el «streaming» o consumo de música en la red. Según reveló la consultora Nielsen en un informe, ya hay 36 millones de usuarios activos, de los cuales 11 son suscriptores de pago a trevés de los dos servicios más populares en este momento: Spotify, líder del mercado, y Deezer, nuevo aspirante, que se han convertido en las únicas buenas noticias para las disqueras. Tomar posiciones al comienzo de la carrera digital es fundamental y por eso ambas compañías redoblan esfuerzos para atraer usuarios tanto gratuitos como de pago, potenciando su oferta. Ayer, Spotify culminó una serie de mejoras en su servicio con el anuncio de que, a partir del año que viene, venderán entradas y «merchandising» de grupos musicales en su plataforma en España.

El director de Spotify para España y Portugal, Javier Gayoso, hizo balance de un buen año para la plataforma, si bien no exento de polémicas, como las críticas de algunos artistas a la falta de transparecia y de remuneración por sus obras. Gayoso aclaró que, para despejar polémicas, la compañía ha lanzado la herramienta «Spotify for Artists», con la que cualquier autor pueda comprobar el número de escuchas que tienen sus canciones y, por lo tanto, los ingresos que le corresponden por ellas. De la misma manera, atribuyó a una «mejor explicación a los grupos» del modelo de negocio el hecho de que haya incorporado el catálogo de grandes reticentes a hacerlo, como Pink Floyd, Metallica y Led Zeppelin. Además, siguiendo esta ofensiva comercial, Spotify ha llegado a acuerdos con Movistar para que sus abonados en España y México tengan un descuento en la cuota «premium» (que ronda los diez euros al mes) a la plataforma de música, y ésta también ofrece gratis el servicio para móviles de su catálogo, compuesto por más de 20 millones de canciones. De sus 24 millones de usuarios, 6 son abonados «premiun».

Napster y Deezer

Por su parte, el presidente de Deezer, Axel Dauchez, confirmaba que su compañía ha alcanzado los 5 millones de usuarios de pago. «Ésta sigue siendo una forma de escuchar música relativamente nueva, pero es el futuro», declaró a Efe. Junto a las anteriores, Napster renació de sus cenizas para constituirse en servicio legal de escucha de música y, para abrirse camino en España, llegó a un acuerdo con otra operadora, Vodafone, para prestar un servicio muy similar, con una cuota de 8,05 euros al mes para oferta sin limitaciones. La suma de dichas ofertas prueba una tendencia a la que Nielsen le pone cifras: el número de personas que utilizaron alguna de estas plataformas de «streaming» en la primera mitad de 2013 creció un 24 por ciento respecto al mismo período del año anterior. En EE UU, sus ingresos pasaron durante el año pasado de 360 a 571 millones. En el caso de Spotify, durante los cinco años de vida del servicio, han pagado a las discográficas mil millones de dólares (726,8 millones de euros), la mitad en este último año. De cada euro que facturan por concepto de suscripción o publicidad, el 70 por ciento va a parar a los sellos o los artistas. El potencial de crecimiento del sector, según el portal especializado Music Ally, es enorme: de los 36 millones de usuarios que hay en la actualidad sumando todos los servicios, se podría pasar a los 191 en apenas cinco años. Según algunas webs especializadas, 2013 podría ser también el año en el que la descarga digital legal de canciones (a través de iTunes y otros) hubiese tocado techo, frente al avance de los sistemas que no permiten la posesión de las canciones pero sí su disfrute.

El Libro Blanco de la música en España ya apuntaba a esta evolución: el 34 por ciento de los ingresoss de la industria discográfica ya proceden del entorno digital, y, en 2012, cuando todavía el número de suscriptores de «streaming» tiene enorme margen de crecimiento, se recaudaron 18 millones de euros por este concepto, el doble que el año anterior. En Inglaterra, éste será el primero, desde 1980, en que el álbum más vendido del año no alcance el millón de copias. El de Emeli Sandé es, hasta la fecha, el primero en esa clasificación en el citado mercado, ligeramente por encima de las 600.000 unidades. En cambio, los británicos escucharon en «streaming» 3,7 billones de canciones durante el año a través de los diferentes sistemas.

Otras formas de explotación aportan ingresos a las compañías discográficas: las plataformas de vídeos como YouTube, VEVO o Dailymotion ofrecen contenido musical, y, de hecho, en las tres, el contenido más visto durante 2013 ha sido un videoclip. La publicidad que ingresan por este concepto las compañías, sin embargo, ha caído en el último año, al pasar de 16 millones de euros a 11,7, según el último Libro Blanco de la Música en España. Aunque la cifra haya descendido en nuestro mercado, podría repuntar en el futuro, ya que las compañías se están preparando para la siguiente revolución: las televisiones llamadas inteligentes, que están dotadas de conexión a internet y que tendrán incorporadas las aplicaciones de los diferentes servicios. También marcas de coches, como Ford o Volvo, ya han sumado en sus consolas el acceso directo a la cuenta personal de estos servicios. La carrera ha comenzado.