Espacio

El planeta supercaliente Tylos asombra a los científicos con una atmósfera que creíamos imposible

Crean el primer mapa tridimensional de la atmósfera de un exoplaneta y parece estar dividida en tres capas donde los metales fluyen sobre corrientes vertiginosas

Recreación de las capas atmósféricas de Tylos (o WASP-121b), un exoplaneta gigante gaseoso ubicado a unos 900 años luz de distancia, en la constelación de Puppis.
Recreación de las capas atmósféricas de Tylos (o WASP-121b), un exoplaneta gigante gaseoso ubicado a unos 900 años luz de distancia, en la constelación de Puppis.ESO/M. KornmesserEurekalert

Si tienes una ventana cerca te invito a que te asomes. ¿Eres capaz de ver el viento? Afina la vista, entrecierra los ojos y concéntrate… ¿Puedes? Posiblemente no, pero los científicos han conseguido hacerlo y no con el viento terrestre, sino con el de un planeta que se encuentra a 900 años luz de aquí. Esto es: 85.000.00.000.000.000 kilómetros de la Tierra, el equivalente a unas 56 veces la distancia de nuestro planeta al Sol. Y, evidentemente, tiene truco, porque lo que han visto no es el viento en sí mismo, que es simplemente es el movimiento de un fluido, sino que han visto cómo se mueven las partículas en él, como si fuera el polvo en suspensión en una corriente de aire.

El planeta en cuestión se llama Tylos (WASP-121b) y es un júpiter ultra-caliente. El nombre suena realmente épico y lo cierto es que no decepciona. Si lo destripamos, el primer término hace referencia al tamaño y composición del planeta que, como nuestro Júpiter, es un gigante gaseoso. De hecho, Tylos es incluso un poco más grande que Júpiter, concretamente, un 75% más voluminoso. La segunda parte, en cambio, se refiere a la distancia que guarda con su estrella, muchísimo menos que la de nuestros planetas gaseosos. Los júpiter calientes están tan cerca de ella que su temperatura supera los 720 grados y empezamos a llamarlos “supercalientes” cuando alcanzan los 1700 grados. De hecho, Tylos orbita tan próximo a su estrella que completa una vuelta cada 30 horas. Esto significa que en un año terrestre pasan 292 en Tylos.

Atmósferas metálicas

Con unas temperaturas tan elevadas, la atmósfera de estos planetas es el lugar perfecto para la ciencia ficción hecha realidad. Los metales no solo se funden, sino que quedan suspendidos, separados en átomos individuales. Pero hay más, porque en palabras de Julia Victoria Seidel, investigadora del Observatorio Europeo Austral (ESO) en Chile y autora principal del estudio: “La atmósfera de este planeta se comporta de formas que desafían nuestra comprensión sobre cómo funciona el clima, no solo en la Tierra, sino en todos los planetas. Se siente como algo sacado de la ciencia ficción”.

Y, aunque para nosotros, simples terrícolas, las atmósferas metálicas son fascinantes, lo que ha sorprendido a estos investigadores es diferente. Su atención estaba centrada en las corrientes. Utilizando las cuatro unidades del Very Large Telescope (VLT) del ESO, descubrieron fortísimos vientos sobre los que surfeaban partículas de hierro y titanio y diseñaron el primer mapa tridimensional de la atmósfera de un exoplaneta. Así es como pudieron reconstruir las corrientes en la atmósfera de Tylos y descubrieron que, grosso modo, podían dividirla en tres capas diferenciadas. “Es realmente alucinante que podamos estudiar detalles como la composición química y los patrones climáticos de un planeta a una distancia tan grande”, añadió Bibiana Prinoth, estudiante de doctorado en la Universidad de Lund, Suecia, y el ESO, coautora del estudio.

Tres capas

Tres capas, tres comportamientos distintos y una atmósfera en constante movimiento. En las profundidades de Tylos, donde la presión es mayor y las temperaturas son realmente abrasadoras, los átomos de hierro revelan un flujo que transporta el gas desde la superficie más calentada por la estrella hasta el lado nocturno, porque estando tan cerca de su estrella, Tylos no gira sobre sí mismo, haciendo que el lado soleado lo sea siempre y que la noche sea eterna en el hemisferio contrario. Este patrón sugiere un sistema de circulación robusto y persistente, donde los gases recalentados son empujados con fuerza a lo largo del ecuador antes de perder calor en la eterna noche de Tylos.

Más arriba, en una región intermedia donde la temperatura sigue siendo extrema pero la presión ya ha descendido, el sodio entra en escena. Su presencia confirma que el planeta no solo experimenta vientos de intercambio entre el día y la noche, sino también una ferroz corriente de chorro sobre su ecuador que podría arrastrar partículas alrededor del planeta a velocidades aún mayores de lo previsto, dando forma a un sistema climático más complejo de lo que creíamos.

Pero es en la cúspide de la atmósfera donde la realidad se vuelve aún más desconcertante. Allí, donde abunda el hidrógeno, la radiación extrema arranca partículas de gas y las empuja hacia el espacio, provocando un efecto de escape atmosférico que bien podría estar esculpiendo el destino de Tylos a lo largo de miles de años. Los datos sugieren que este planeta podría estar perdiendo su atmósfera de manera constante, dejando una tenue estela de gas ionizado a su paso.

Y es que en este rincón distante del cosmos el clima desafía nuestra intuición, y lo que en la Tierra parece imposible, en Tylos es solo otro día más. Pero el universo es enorme y quién sabe qué otros planetas extremos nos esperan. A su lado puede que Tylos moderado. Algo que solo descubriremos a medida que mejoremos nuestros telescopios y nos permitamos ver un poco más allá.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • El próximo gran avance en la observación de exoplanetas llegará con telescopios de nueva generación como el Extremely Large Telescope (ELT) del ESO, cuya resolución sin precedentes permitirá estudiar con aún más detalle la atmósfera de mundos extremos como Tylos. Gracias a su espejo de 39 metros y espectrógrafos avanzados, el ELT podrá captar señales más débiles y precisas, revelando estructuras atmosféricas con una claridad nunca antes vista.

REFERENCIAS (MLA):

  • Seidel, Julia V., et al. “Vertical Structure of an Exoplanet’s Atmospheric Jet Stream.” Nature, vol. 625, no. 7994, 2025, pp. 1–6, doi:10.1038/s41586-025-08664-1.