Patrimonio

Románico en Palencia, para quedarse de piedra

Una ruta que recorre los principales testimonios artísticos de su región montañosa se detiene en la Cueva de los Franceses y el Geoparque de Las Loras.

Jamba que representa a las tres Marías ante el sepulcro vacío de Cristo, en la Iglesia de San Cornelio y San Cipriano en Revilla de Santullán (Palencia)
Jamba que representa a las tres Marías ante el sepulcro vacío de Cristo, en la Iglesia de San Cornelio y San Cipriano en Revilla de Santullán (Palencia)larazon

Una ruta que recorre los principales testimonios artísticos de su región montañosa se detiene en la Cueva de los Franceses y el Geoparque de Las Loras.

Palencia es ahora más que nunca el destino ideal para todos los amantes del arte románico y la geología. Y es que desde «Palencia Turismo» proponen una serie de rutas culturales mediante las que se pueden descubrir las joyas medievales que se esconden entre los paisajes de esta región de Castilla y León. Esta ruta, que se extiende por la zona norte de la provincia, encuentra uno de sus posibles inicios en Vallespinoso de Aguilar, localidad donde se halla uno de los baluartes de la arquitectura local, la ermita de Santa Cecilia, una construcción románica del siglo XII que deja boquiabierto a todo el que la contempla por primera vez. Esta equilibrada edificación, que lleva más de seis décadas siendo considerada Monumento Histórico, suele ser descrita como «una bella sorpresa para almas sensibles» y de ella se alaban su puerta y su arco triunfal entre sus emblemáticos elementos.

A tan sólo unos kilómetros nos topamos con el Barrio de Santa María, sobre el que destaca la ermita de Santa Eulalia, que se alza sobre un pequeño altozano que permite a todos los que la visitan disfrutar de unas vistas privilegiadas. Además este templo, como la mayoría de los que componen este atractivo camino, se conserva en perfecto estado, lo que le permite evocar al claustro de San Andrés de Arroyo en Santibáñez de Ecla. A los más curiosos también les merecerá la pena desviarse unos kilómetros hacia el norte para visitar el municipio de San Salvador de Cantamuda, que cuenta con una colegiata que es valorada como un auténtico tesoro arquitectónico.

Siguiendo la senda del Pisuerga llegamos hasta Barcenilla, que con su abundante arboleda custodia la Iglesia de la Asunción. En esta maravilla arquitectónica se concentran hasta tres épocas distintas, conservando las huellas artísticas tanto del románico como hasta de movimientos del siglo XIX. Pisamos ahora Villanueva de la Torre que cuenta con una iglesia muy ornamental coronada por su extraordinaria ventana del ábside a la que acompañan unos soberbios capiteles. Esta obra dedicada a Santa Marina también destaca por su extremo detallismo, que llega a generar la ilusión de que las imágenes vayan a cobrar vida propia.

Muy similar pero todavía más amplia es la obra que se halla en la comarca minera de Revilla de Santullán, en el templo de San Cornelio y San Cipriano. Esta localidad protege una de las portadas más valoradas del románico en la que se aprecia una representación de la Última Cena tallada en piedra. Pero lo más llamativo de estas obras es que su autor incluyó en ellas un autorretrato junto a la frase «Micaelis me feci», lo que se ha convertido en un reto encontrar. La siguiente parada incluida en esta ruta es la Iglesia de Juan Bautista en Villavega de Aguilar, que pertenece al siglo XII y en cuyos capiteles se narran las historias de la cacería de un oso o la lucha entre caballeros y animales fantásticos. En esta misma zona también se sitúa La Parroquia de San Martín Obispo en el espectacular paraje de Matalbaniega en la que abundan motivos geométricos y antropomorfos en el techo, por lo que resulta casi obligado quedarse atónito contemplándolo.

En la última etapa de este viaje por el románico palentino, esta región no deja de revelar secretos. Es en la pedanía de Corvio donde se encuentra la vetusta Iglesia de Santa Juliana, del siglo XII, un ejemplo de la transición del románico tardío a un precoz estilo gótico, marcado por un magnífico campanario. Este trayecto tiene como campamento base Aguilar de Campoo, donde se sitúa el Centro de Estudios del Románico, que aprovecha un escenario ideal para desarrollar su labor, el antiguo Monasterio de Santa María la Real. Esta nueva explotación cultural que se está llevando a cabo en Palencia, ha convertido dicha ciudad, dedicada tradicionalmente a la industria de la galleta, en uno de los patrimonios de mayor interés cultural. Toda esta riqueza artística del norte de su provincia, ha hecho que el año que viene Palencia sea el epicentro del evento cultural Edades del Hombre.

De la misma forma tampoco deben caer en el olvido otros dos escenarios privilegiados de esta provincia, como son el Geoparque de Las Loras y la Cueva de los Franceses. El primero va desde la localidad de Villaescusa atravesando una zona de gran riqueza geológica, con estructuras como el Karst de Las Tuerces, el Castillo de Gama, hasta Revilla de Pomar que esconde la propia Cueva de Los Franceses. La tradición cuenta que en este accidente geológico se depositaron los restos óseos de los soldados caídos de las Tropas Napoleónicas y los Húsares cántabros durante la Guerra de la Independencia a comienzos del siglo XIX. A través de toda esta propuesta cultural también se pretende fomentar el turismo deportivo, utilizando la bicicleta como medio para unificar la curiosidad artística y el deporte. Para ello, la Diputación de Palencia ha diseñado una guía con los recorridos cicloturistas de la provincia, que se pueden descargar en la web palenciadeporte.es, por lo que los amantes de los pedales tampoco tendrán excusa para rechazar este enriquecedor plan turístico.