Historia

Santiago de Compostela

«¡Santiago y abre España!»

Más allá de parafrasear el lema guerrero de la Reconquista, que luego derivaría en una interpretación peyorativa del costumbrismo patrio sobre la resistencia a la modernidad, hoy el Camino de Santiago es la gran puerta abierta al mundo.

«¡Santiago y abre España!»
«¡Santiago y abre España!»larazon

Más allá de parafrasear el lema guerrero de la Reconquista, que luego derivaría en una interpretación peyorativa del costumbrismo patrio sobre la resistencia a la modernidad, hoy el Camino de Santiago es la gran puerta abierta al mundo.

Según la Oficina de Acogida al Peregrino, que actualiza la información a diario, el jueves llegaron a Santiago de Compostela 1.520 personas que acreditaron el recorrido mínimo por el Camino y se hicieron merecedoras de la certificación, la Compostela. Hoy, seguirán otras tantas o puede que más. Y a todas ellas les precedieron un número incontable como partícipes de uno de los destinos de peregrinación más importantes de la cristiandad junto a Roma y Jerusalén, surgido en los albores del medievo hispano. Todos bajo la advocación y protección del apóstol Santiago el Mayor.

Hablar hoy del Camino de Santiago es hacerlo fundamentalmente de sus peregrinos y de aquello que les mueve a emprender una de las múltiples rutas –se podría decir que hay tantas como gentes cumplimentan el periplo pues la ofrenda personal que supone empieza en la puerta de cada casa– conocidas y señalizadas por la historia que llegan hasta la ciudad española. Para la mayoría, es una aventura fundamentalmente espiritual que se enriquece después con un aderezo cultural y social surgido del contacto con otras personas que tomaron la misma decisión. Y el abrazo también con un entorno natural extraordinario y tantos parajes que te enseñan en cualquier recodo del sendero lo relativo de la condición humana en la inmensidad del universo.

En las experiencias y los testimonios compartidos por los peregrinos hay coincidencias en que la Ruta Jacobea es un viaje sólo de ida, porque la experiencia de fe, el viaje interior, te cambia para siempre. Hay un antes y un después del Camino. Una llamada por lo demás que se siente en todo el orbe entre gentes de toda condición y que resuena con más fuerza cada día. En 2018 se alcanzó la cifra más alta de peregrinos desde que se tienen registros: 327.378. En los seis primeros meses de este año ya suman 138.791. Lo hacen desde cualquier rincón del mundo, aunque los españoles son mayoritarios, claro, (44%), seguidos por Italia (14%), Alemania (13%); Estados Unidos (10%) en una relación de orígenes interminable. El Camino es un patrimonio colectivo extraordinario y un acontecimiento único que nos espera para mejorarnos.