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"Scrapper": el fenómeno del año en Reino Unido es obrero, social y luminoso

Charlotte Regan debuta en el largometraje con una historia de ternura y tormenta de una huérfana, descubriendo a la joven Lola Campbell
"Scrapper": el fenómeno del año en Reino Unido es obrero, social y luminoso
"Scrapper": el fenómeno del año en Reino Unido es obrero, social y luminoso CARAMEL FILMS
La Razón
  • Matías G. Rebolledo

    Matías G. Rebolledo

Madrid Creada:

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Rabiando sobre la deriva obrerista de su tiempo, Gramsci hablaba de los «imprudentes aventureros de la pluma» para referirse a aquellos que, a su juicio, habían alejado lo material de lo primordial. Es como si para el filósofo italiano el progreso tuviera que estar felizmente casado con el ceño fruncido, en contrariedad ideológica permanente e irreversible. Y esa idea, con más o menos matices, es la que ha terminado calando en la cultura de nuestro tiempo: ahí sigue paseándose por la cartelera Ken Loach, firme en su determinación de volver todo miga de polilla; ahí se instaló durante décadas el cine de Danny Boyle, luego deforme por puro exceso. Y en esa tradición, pero para darle la vuelta a miles de horas de metraje del cine social más gris, se instala irreverente y orgullosa «Scrapper», el debut en el largometraje de la directora Charlotte Regan (Reino Unido, 1994).
Comparada con «Aftersun» –por revisar la relación entre un padre ausente y una hija demasiado madura–, con «Trainspotting» –por su ritmo frenético– y hasta con «The Florida Project» –por inundar con ternura la tormenta de una infancia atroz–, la película nos presenta a Georgie (brillante descubrimiento, Lola Campbell), una niña de 12 años, loca por el West Ham, que acaba de perder a su madre. Huérfana, intentará sobrevivir menudeando chatarra y robando aquí y allá, hasta que un día su padre (Harris Dickinson) regresa de entre los no-muertos para hacerse cargo de ella. Juntos, en exploración del mínimo común múltiplo de la madurez, ejercerán la familia en duelo.
Harris Dickinson (izda.) y Lola Campbell en "Scrapper"
Harris Dickinson (izda.) y Lola Campbell en "Scrapper"CARAMEL FILMS
«Creo que estamos llegando. Por fin. Hay una nueva generación de cineastas, acostumbrada a rodar con el móvil o con los medios que haya, a las que por fin se las está dejando hacer cine», explica Regan a LA RAZÓN sobre la película más nominada de los premios independientes del cine británico, alegría compartida con su amiga Molly Manning Walker, responsable de la extraordinaria fotografía en «Scrapper» y directora de «How To Have Sex» (también multi nominada y que se estrenará en España en 2024).
«La película ha cambiado muchísimo», apunta una Regan que confiesa haber empezado queriendo hacer un cine parecido al de Guy Ritchie. Y sigue: «De joven no eres consciente de que tienes menos que los demás. Por eso, cuando veo filmes sobre la pobreza, el salir adelante siendo de clase trabajadora, sé que las ha hecho gente que no sabe de qué va realmente la cosa. Todo el desarrollo de la película, desde los cambios a la escritura de guion, ha sido como ir gratis a terapia. Lo dejé todo dentro», completa la realizadora, consciente de cómo su cinta, en lugar de romantizar la precariedad o detenerse de un modo lastimoso, la llena de colores conscientes: nada se evita, pero tampoco nada se siente trascendental. «Scrapper», en realidad, juega con la idea de que uno es mucho más que sus circunstancias.
"Nunca fuimos una familia artística, en mi casa no había una cámara de ocho milímetros por ahí tirada. Hasta el día en el que se murió, mi abuela decía que el cine era una carrera de mierda, que mejor me hiciera camarera"Charlotte Regan, directora de "Scrapper"
Ese triunfo cinematográfico, en un juego peligroso para con la estética de lo pobre del que la realizadora sale airosa, solo es posible gracias a su pequeña protagonista: «Es el mejor ser humano que he conocido nunca. Si alguna vez logro convencer a Daniel Day-Lewis para trabajar conmigo, creo que Lola Campbell seguiría siendo la mejor intérprete en mi ránking. Es muy instintiva, la encontramos después de la pandemia. Estuvimos un año y medio buscando niñas», explica Regan, antes de detallar su proceso de dirección: «Es curioso, porque Lola forma parte de una generación, la de TikTok, que es capaz de bailar o actuar para millones de desconocidos en internet pero a la que le da corte, vergüenza, hacerlo frente a una cámara tradicional. La mayor parte del trabajo pasó porque perdiera el miedo a la cámara, porque en cuanto la conocí no podía imaginarme a nadie más en el papel».
La directora británica Charlotte Regan, durante el rodaje de "Scrapper"
La directora británica Charlotte Regan, durante el rodaje de "Scrapper"CARAMEL FILMS
Definida como «una película obrera pero no depresiva» y «un coming-of-age a la inversa» por su propia directora y guionista, la nueva «Scrapper» es a la vez ejercicio de estilo y de reflexión. Los colores chillones del hábitat natural «chav» de los suburbios no son aquí postales aspiracionales, sino retales de la propia experiencia en la infancia de Regan: «Nunca fuimos una familia artística, en mi casa no había una cámara de ocho milímetros por ahí tirada. Hasta el día en el que se murió, mi abuela decía que el cine era una carrera de mierda, que mejor me hiciera camarera. Por alguna razón, tenía en muy alta estima a las camareras», recuerda la realizadora, que lejos de los Spielberg o los Almodóvar, que casi han erotizado su primer contacto con el cine en sus películas, baja la pelota al piso: «La primera vez que entendí qué iba a ser el cine en mi vida fue cuando mi abuela nos coló en "El señor de los Anillos". Poco a poco he ido aprendiendo de cine, pero sin esa experiencia de los “blockbusters”, no sería nadie. “Harry Potter” sigue siendo una de mis películas favoritas, eso te ayuda a hacerte una idea del poco cine que he visto», se despide tan sincera y franca como su obra.