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Bienvenidos al "festival del caos" de Rafael Spregelburd

El argentino, recientemente elegido miembro de la Academia Argentina de Letras, desembarca en Madrid para poner el broche final al Festival de Otoño

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Rafael Spregelburd habla de sus salidas de Argentina como un buzo que, tras emerger del fondo del océano sin botella de oxígeno, toma una bocanada de aire. El dramaturgo transmite la sensación de ahogarse en la atmósfera generada tras la llegada de Milei al poder de su país. "Se cerró el Ministerio de Cultura", lamenta de una "situación decadente". "Hasta se ha reducido la circulación cultural fuera del país". Sueña con aquellos grandes montajes de hace no tanto. "Apenas da para hacer monólogos. Cada vez es más raro girar con artículos tan voluminosos [como el que presenta]", dice cabizbajo. 

Él, por suerte, es un primera espada en lo suyo, en el teatro, por lo que nota el bajón, pero tiene un salvavidas fuera de su país, donde, por cierto, acaba de pasar a engrosar la lista de miembros de la Academia Argentina de Letras. Acaba de llegar a Madrid para presentar 'Inferno' [de paso, se ha acercado a la RAE para saludar a sus nuevos "colegas"] y lo hace desde una Italia en la que ha hecho escala para recibir un homenaje en el Reggio Parma Festival.

Pero aquello ya pasó, ahora toca cerrar el Festival de Otoño de la Comunidad de Madrid en su último fin de semana. Asegura que le da "placer" porque es aquí donde está "el verdadero infierno". Y no piensen mal, sino que es en el Museo del Prado donde se expone 'El jardín de las delicias', de El Bosco, que inspiró una trilogía producida por el Vorarlberger Landestheater Bregenz de Austria que pidieron a tres autores: "A mí me tocó el infierno, por supuesto", ríe Spregelburd.

El encargo fue uno de los acontecimientos celebrados por los 500 años del pintor y así el dramaturgo regresaba a una figura que ya había tratado de 1996 a 2008, cuando firmó siete obras de teatro inspiradas en los pecados capitales, según la interpretación que hizo El Bosco en 'Mesa de los pecados capitales', también en el Prado.

Una crisis absoluta

El director encuentra una relación directa entre El Bosco y la contemporaneidad: "Él pinta en el final de Medievo, en una crisis absoluta en el sistema de valores y creencias en una época que colapsaba. Ahora también nos encontramos en una crisis y pérdida de valores en nuestra cultura y educación". Y si el pintor lo tradujo en formas, el dramaturgo argentino opta en esta ocasión por un "festival del caos", afirma. 

Para Spregelburd, 'Inferno' es una comedia "pese a todo, pese al tema": "Hacemos algo que no se puede hacer, que es construir una pieza con muchos elementos del infierno de Argentina, el infierno de la dictadura militar. Hablar de las atrocidades de la dictadura a través de una comedia de enredos es difícil de digerir". Aun así, el director asegura que "los géneros en el teatro contemporáneo no conducen a ningún lado". Se sumerge así en una especie de absurdo que viene a contestar a Beckett, quien "hizo la revolución hace cien años y va siendo hora de responderle".

De este modo, 'Inferno', que se podrá ver en el Teatro de la Abadía hoy y mañana, se atreve con las siete virtudes (fe, esperanza, caridad, templanza, prudencia, justicia y fortaleza) a lo largo de siete escenas, interpretadas por cuatro actores que pasan de un personaje a otro, hasta 16, sin inmutarse. "Pero no se espere erudición, abstrusa trama, evasión", presenta. "No. Véase al principal personaje, un periodista de información turística al que despiertan dos catequistas para comunicarle que El Vaticano ha abolido el infierno. Hay otros: una crítica de arte, un profesor de matemáticas, una abogada, un editor de un diario y una psicoanalista, cada uno en su universo propio".

El argentino deja bien claro que no cree en el infierno "ni en el cielo". "Es un lugar pensado para castigar", sostiene en consonancia con la denuncia de León Ferrari a la Iglesia por "aterrorizar a la población con un relato que promete castigo eterno para aquel que no cree en la ideología del otro", recuerda.

La pieza se dispara en múltiples direcciones y tramas, aunque la principal es un caso de plagio de un escritor que copia un argumento de un suplemento. Todo transcurre a una velocidad endiablada en un escenario atestado de objetos.

  • Dónde: Teatro de la Abadía, Madrid. Cuándo: hoy y mañana (20:00 horas). Cuánto: entradas agotadas.