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Un día como hoy, hace 55 años, Ángel Teruel se hizo inmortal en Las Ventas

Aunque la confirmación de alternativa del torero de Embajadores estuvo firmada para 1968, un percance aplazó su éxito definitivo para un año después
Ángel Teruel
Ángel TeruelEFE
La Razón

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En el icónico coso de Las Ventas, en mayo de 1969, Ángel Teruel se enfrentaba a uno de los momentos cruciales de su carrera: su confirmación de alternativa. La expectación era máxima, pues el joven torero se presentaba ante su público después de varios años de espera, desde aquella volcánica irrupción en la plaza de Vista Alegre.
La feria isidril de ese año ya había presenciado grandes hazañas, con destacadas actuaciones de figuras como Paco Camino y El Viti, quienes se alzaron como los grandes protagonistas del mayo madrileño. Sin embargo, en medio de las figuras consagradas, Ángel Teruel emergió como una revelación.
Fue el 12 de mayo, en una corrida que prometía ser memorable, cuando Teruel cortó una oreja al toro de la ceremonia, marcando su presencia con tres pares de banderillas espectaculares con los que captó la atención de los aficionados madrileños. Después ya tuvo tiempo de demostrar su dominio y habilidad en la lidia. Pero fue en su segunda faena donde Teruel brilló con luz propia, pues “logró el madrileño una faena redonda y engarzada, corriendo muy bien la mano en derechazos y naturales rematados con los pases de pecho. En pleno éxito de ovaciones, el muchacho prolongó su trabajo con molinetes espectaculares y una estocada de la que el toro rodó sin puntilla, por lo que cortó dos orejas y salió a hombros entre las aclamaciones del público satisfecho”, según se describió en El Ruedo.
Sin embargo, el triunfo de Teruel no fue efímero. El 21 de mayo, en otra tarde memorable, cortó dos orejas al quinto toro de la corrida, consolidando su posición como una figura destacada en el mundo taurino de la época. Aunque su carrera tuvo altibajos, Teruel dejó una huella imborrable en Las Ventas.
Años después, en los ciclos isidriles de 1975 y 1976, Teruel demostró una vez más su valía, destacando incluso después de recibir lecciones magistrales de maestros como Paco Camino. Su capacidad para sobresalir en momentos cruciales lo convirtió en una figura respetada y admirada en el mundo taurino. Ángel Teruel no solo fue un torero talentoso, sino que también personificó la determinación y el coraje necesarios para triunfar en la arena.