Fabio Jimenez, naturalmente
El rionajo dibujó los mejores naturales del ciclo de novilladas nocturnas. También destacaron las formas y el sentido de la lidia de Mario Navas
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Llegábamos a la última novillada eliminatoria sin nada definido, sólo una vuelta al ruedo en los anteriores festejos dejaban la final abierta a cualquier posibilidad. Quizás por eso, a pesar el bochorno, ninguno de los tres salió a dejarse nada. Y eso que por delante tenían una novillada con caras muy agresivas, que a las primeras de cambio, en el primero, ya habían mandado a la enfermería a "Azuquita", que a la salida del segundo par de banderillas resultó enganchado, buscándolo el novillo con saña en la arena. Más tarde nos enteramos de que llevaba un puntazo corrido en el brazo derecho y múltiples contusiones de pronóstico reservado que le impidieron continuar la lidia.
Con ese panorama se encontró Manolo Vázquez, que causó baja en San Isidro y vino a presentarse en Madrid antes de tomar la alternativa en Cortegana el próximo 7 de septiembre. Lo cierto es que a ese primero le faltaron fuerza y clase, pero el sevillano lo trató con n suavidad suficiente, a media altura, para tratar de mantener el temple y la vertical del toro, que perdió las manos de tanto en tanto. Así, sin apreturas ni violencia, la faena transcurrió entre cuidar al novillo, sin someterlo, y guardar las formas y el concepto, sin exponer más de la cuenta. Todo muy pulcro y aseado, hasta tomar el acero, donde todo se torció. Con el cuarto no mejoró su imagen el novillero, pues se quedó con un animal muy castigado en varas, que tardó mucho en entrar a la muleta y, cuando lo hizo, no encontró la autoridad suficiente que le obligará a hacer lo que debía y termina a pasando por allí.
Al segundo, más armónico, hubo que esperarle un poco a que definirá su acometida, pero una vez en ella atacaba con n ímpetu hasta el final, por eso no lo pudo aprovechar bien Fabio Jiménez en los primeros lances. Fue Mario Navas, en su turno de quites, el que deletreó una verónica y media de auténtico lujo. Tanto como oportuno y vital estuvo nuevamente con el capote para evitar la cornada a Pablo García, enganchado también a la salida del segundo par (puntazo corridas en la rodilla derecha), y absolutamente vendido en la arena hasta que apareció salvador el percal del vallisoletano. Ya con la muleta, Jiménez midió mejor los tiempos, aguantó esa pausa que se tomaba el novillo antes de embestir, y luego le templó ese empuje posterior con seguridad y firmeza, a pesar de que al final el novillo le buscará por debajo y le hiciera recomponer la colocación. El riojano, asentado, buscó pronto la zurda, para cuajar hasta tres series de naturales a cada cual mejor, líquidos, encajados, suaves y mandones al mismo tiempo, con el novillo entregado a la muleta del novillero, que además tuvo sentido de la medida, pero en la suerte suprema lo echó todo a perder. Una pena.
No era fácil sujetar la suelta movilidad del quinto, tan atento a todo y fijo en nada en los primeros tercios, pero de nuevo la firme actitud y la solvente capacidad de Jiménez fue construyendo poco a poco otra faena sólida. Sometiendo sin afligir primero, enseñando y abriendo los caminos, para después, otra vez con la izquierda, citando de frente, dibujar los mejores muletazos de su faena. Buenos desde su sincera propuesta hasta su canal desenlace detrás de la cadera. Esta vez la espada cayó certera y aunque no era suficiente para el premio que tímidamente se pidió, sí que cerraba una actuación más que notable del riojano.
Teníamos la miel en los labios después de ver el quite de Navas al segundo, y aunque el tercera ya embistió descompuesto desde su salida, Mario encontró el momento para dejar dos lances soberbios, que si no tuvieron continuidad fue por la condición del animal, tan falto de fuerza, además. Por eso, con la muleta, antes que buscar su lucimiento, tuvo el vallisoletano que aliviar al novillo, cuidarlo y ayudarlo para intentar componer una embestida completa y, cuando lo consiguió, entonces sí vestir aquello de ese concepto tan bueno que tiene, aunque la emoción está vez fue escasa. Media estocada bastó para acabar su labor. Y, si con el tercero poca pudo hacer Mario Navas para presentar su candidatura a la final, le bastaron seis arrancadas del sexto para mostrar sus credenciales. Pues esas cinco verónicas y la media fueron rotundas, por cadencia, ajuste, empaque y, sobre todo, compás. Algo con lo que se nace o no. Porque las formas de Navas son las de un torero hecho. Y uno bueno. Lo frustrante es que se fue quedando poco a poco sin contrincante, pues al novillo se le escapaba el fuelle con cada embestida (terminó aculado en tablas). Aun así, Navas, con una lidia ordenada, poderosa y muy torera, le dejó varios buenos muletazos por ambos pitones, entre ellos un derechazo al ralentí de fabulosas dimensiones. Lo malo, es que fueron tan aislados que parecían perderse. La estocada, al segundo intento, firmó una muy maciza actuación del vallisoletano.
Jueves 18 de julio de 2024. Plaza de toros de Las Ventas, Madrid. Cuarta eliminatoria del certamen "Cénate Las Ventas". Un tercio de entrada.
Se lidiaron cuatro novillos de El Cotillo y dos (2º y 5º) de Hermanos Collado Ruiz, de muy ofensivas y astifinas caras y distintas hechuras. Flojo y deslucido el primero, encastado y obediente el segundo, flojo y descompuesto el tercero, con poder el cuarto, pero machacado en varas el cuarto, suelto el quinto, y noble y a menos el sexto.
Manolo Vázquez, de grana y oro, estocada corta, descabello, aviso y cinco descabellos (silencio); y estocada corta y caída (silencio).
Fabio Jiménez, de tabaco y oro, estocada que hizo guardia, pinchazo, aviso, dos pinchazos y media estocada tendida (ovación); y estocada (ovación).
Mario Navas, de azul azafata y oro, media estocada (silencio); y pinchazo y estocada (ovación).
Incidencias: Manolo Vázquez se presentó con "Libertino" nº 31. Al finalizar el festejo el jurado anunció que la terna que lidiará la novillada final, el jueves 25 de julio con utreros de Talavante y El Freixo, estará compuesta por Fabio Jiménez, Valentín Hoyos y Maria Navas.