Temporada 2024

Una novillada para los que quieren y pueden ser

A pesar de la latente falta de poder de la novillada, sus bondades fueron tantas como para haberle sacado más partido por parte de la terna que la oreja que le cortó un Tristá Barroso que invita a volverle a ver

Derechazo de Tristán Barroso
Una novillada para los que quieren y pueden serAlfredo ArévaloPlaza 1

Ha sido una verdadera lástima la falta de fuerza generalizada hoy en los novillos, pues eso nos impidió ver un gran espectáculo esta tarde en Madrid, pues los de Toros de Brazuelas tuvieron cualidades de sobra para brindar oportunidades a manos llenas. Sin embargo, ese hándicap fue suficiente obstáculo para que sólo Tristán Barroso, que demostró estar sereno y preparado, pudiera sacar partido de su lote.

Desordenada fue la salida del tercero, revoltoso y débil, al que cuidó muy bien en una extraordinaria lidia Raúl Ruiz. Daniel Medina quitó por chicuelinas con el de Brazuelas doblando las manos. Mal presagio. Sin embargo, sorprendió la inteligente apuesta de Barroso, que supo dar pausas, distancias y alturas para sacar todo lo bueno de la bondadosa fijeza del novillo, tan débil que deslució su embestida quedándose corto y, lamentablemente, cayéndose cuando Tristán quiso ligar. El temple hizo su magia y consiguió sostener al novillo en varios buenos muletazos, lentos, delicados, más encajado al natural. La pena fue que el novillo no pudo más, pero, tras el espadazo, valió para que el público sacará sus pañuelos pidiendo un premio que quedó en una vuelta al ruedo y el respeto generalizado del público.

Con una chicuelina en los medios a la salida de chiqueros recibió Tristán al sexto, que rodó por la arena de tanto ímpetu. El mismo que le hizo revolverse en las verónicas que siguieron al saludo. Además, peleó bien en varas y llegó con nervio a la muleta, siempre presta de Barroso, que le cuajó varios buenos derechazos, antes de ligar uno de pecho sensacional. Supo pronto lo que tenía entre manos y jugó bien las pausas y las distancias para administrar el fondo del mejor novillo de la tarde. Bravo y bueno de verdad. Dos series más en redondo fueron in crescendo, con el novillo empujando por abajo y el novillero sembrado y entregado, mandando, quizás pudo faltar un pelín de ajuste para ser soberbias. Pero, en un cambio de mano por la espalda, la muleta se le enredó en el palillo y no consiguió desplegarla cuando el pronto novillo le prendió por el muslo en un violenta voltereta, salvada, afortunada y aparentemente, sin gravedad. Desde entonces la faena perdió un poco la rotundidad, pero no su calidad. Con buenas series por ambas manos y un cierre por manoletinas de mérito, cuando ya había caído un aviso. La oreja cayó como premio a una tarde más que interesante de un novillero que apetece volver a ver.

Pero Madrid suele ser una plaza que pesa lo suyo, incluso cuando es amable, tanto como hoy, pero para quienes hacen su primer paseíllo aquí Las Ventas es un monstruo de mil cabezas, aunque solo un cuarto de aforo este cubierto de aficionados. Eso debió pensar Daniel Medina, que era un manojo de nervios cuando salió a recibir a su primero. La calidad del novillo mereció más pausa que las eléctricas verónicas de su saludo, la que tuvo la media, por ejemplo.Garbosa. Después fue un querer y no poder, porque el noble se dejó la poca fuerza que trajo bajo el peto. Las protestas no fueron suficientes para el pañuelo verde, pero habría sido ideal ver tanta calidad con el suficiente poder para moverse sin trastabillar. Medina intentó ayudar al frágil novillo manejando las alturas, pero faltó pulso para afianzarlo y afianzarse. Y con la espada tampoco tuvo acierto. El cuarto tuvo la misma buena condición de toda la novillada, así como el mismo hándicap de la fuerza, pero mucho menos fondo que sus hermanos de camada. Por eso, después de hacerse Medinacon el novillo en los medios, consiguió (por fin) afirmarse en la arena y serenarse lo suficiente para cuajar una seré pausada y templada, en la que se pudo ver el gusto que atesora, pero justo cuando aquello parecía remontar el noble se rajó y no quiso ni uno más. La espada, en buen sitio, fue de lento efecto y terminó de congelar todo.

Las delanteras y astifinas defensas del segundo, seguidas de unas armónicas hechuras, generaron tanta admiración en el tendido como miedo pudo pasar Fabio Jiménez al ponerse delante. Quizás por eso tardó en pillarle en tranquillo con el capote y fue Tristán Barroso, en el quite, el que se ajustó por chicuelinas de mano baja de buen corte. Tampoco anduvo sobrado de fuerzas el novillo, pero fue pronto, fijo, noble y tuvo transmisión, pero necesitó una muleta autoritaria y no quiso nada por arriba. Por eso, y por su movilidad rebrincada, las primeras series resultaron sucias, movidas . Poco a poco, Jiménez encontró el reposo y, con el novillo más atemperado (le pudo faltar un puyazo) los muletazos le salieron más limpios, aunque nunca consiguió la continuidad. Y tuvo pelea de bravo el quinto en el caballo, pero le condicionó la falta de fuerza de toda la novillada y a la mínima le echaron para atrás, saliendo un sobrero de María Cascón aún más débil, un inválido, vamos, que no le permitió a Jiménez prácticamente ni ponerse delante, mucho menos con un público absolutamente a la contra. Aún así, Fabioporfió y sacó un par de naturales a media altura como para quedarse a gusto consigo mismo, como para tener algo que llevarse a casa.

FICHA DEL FESTEJO:

Domingo 7 de abril de 2024. Plaza de toros de Las Ventas, Madrid. Alrededor de un cuarto de entrada en tarde agradable.

Se lidiaron cinco novillos de Toros de Brazuelas y uno, el 5º, sobrero, de María Cascón, bien presentados, más serios y con hechuras de toros la segunda parte de la novillada. 1º, inválido, aunque con calidad; 2º, bueno, pero escaso de fuerzas; 3º, noble, sin fuerza; 4º, desfonfado y rajado; 5º, inválido; y 6º, bravo y bueno.

Daniel Medina, de sangre de toro y oro, tres pinchazos, estocada y dos descabellos (silencio); y estocada, aviso y descabello (silencio).

Fabio Jiménez, de tabaco y oro, dos pinchazos, estocada defectuosa y aviso (silencio); y pinchazo y estocada (silencio).

Tristán Barroso, de malva y oro, estocada desprendida (vuelta); y aviso y casi entera (oreja).

Incidencias: Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio por la muerte de Juan Carlos Beca Belmonte. Medina, Jiménez y Barroso se presentaron con "Condeso", nº 21; "Adivino", nº 13; y "Marqués", nº 5, respectivamente. Raúl Ruiz, que realizó una formidable lidia al tercero, saludó una ovación tras un gran tercio de banderillas al 6º.