Temporada americana

Historias de Latacunga, el toreo en Ecuador tras el robo de Quito

Roca Rey sale a hombros y Juan Ortega sufre dos cogidas en la primera de la feria ecuatoriana

Historias de Latacunga, el toreo en Ecuador tras el robo de Quito
Historias de Latacunga, el toreo en Ecuador tras el robo de QuitoLa Razón

Dicen que en Ecuador se pueden dar las cuatro estaciones del año en el mismo día. Ocurre. No hay más que ver cómo van vestidos los ecuatorianos. Es por eso que después de once horas de vuelo Madrid-Quito y una y media de coche hasta llegar a Latacunga valiera la pena para experimentar ese calor que pica, y te hace entender el porqué van tapados de arriba abajo protegiéndose de la dureza del sol (por algo la magia de saber que estamos en la mitad de los hemisferios) y al rato es posible que caiga la mundial, con literalidad. A pesar de que nuestra incomodidad la asuman como su pan nuestro de cada día.

En Latacunga comenzaba la feria de Ecuador, asumiendo un trono que robaron a Quito, que era la reina no solo del país sino de América. Es por eso que pase el tiempo que pase siga de boca en boca recordándose, como el amor perdido que, por muchos que vengan, nunca será igual. Melancolía. Aquello era de tal dimensión que la pérdida fue irreparable y arrancado del corazón de Quito, por cuestiones políticas, como siempre, la feria taurina, murió la fiesta. Y la economía. No hablemos de las pasiones que nos mueven, de la alegría, las ilusiones o el canto a la vida. Latacunga ha querido coger el testigo con el trabajo del empresario y ganadero José Luis Cobos y además de la feria de dos corridas y un festival, al acabar el festejo espera el “remate”, la fiesta hasta que el cuerpo aguante. América es así. Se anunciaba Morante con Roca para este inicio. Morante no pudo venir y sustituyó Juan Ortega. Buen cambio. Cuatro toros de Huagrahuasi y un llenazo para un espectáculo que, por estos lares, es muy selectivo. Festejo programado para las tres y media de la tarde, porque es viernes y día de trabajo. Apretó el sol, quemaba en la piel, pero se acercaba la hora del festejo y también una nube negrísima amenazante. Y el viento, que nos la imanta. La gente de acá no se resiste al sombrero, tan mítico de América, pero tampoco al chubasquero. No ha hecho nada más que empezar y el agua cae con furia. Ni la templada voz de megafonía que insta a la ansiada paz nacional que se resiste en los últimos tiempos destemplados calma las aguas. Nadie se mueve. Forma parte del decorado. Ortega abre plaza de un cartel que lo completa Andrés Roca Rey.

El primer toro transcurre con el diluvio. Se parte un pitón. Por la mitad. Vendrá un sobrero, pero primero se corre turno. El ejemplar parece noblón, tiene cierto ritmo, pero también se guarda las balas. Antes Ortega despliega el capote. Un quite. El toreo. Quiere hacerlo despacio, como siempre. Lo mismo ocurre con la muleta, pero en la nobleza del toro se guarda la incertidumbre y en el momento más inesperado engancha a Ortega por los aires. No iba a ser la última. Ni tampoco la más impactante. La faena siguió por los mismos derroteros: queriendo ser toreo, que es lo que es Juan, y el toro volvió a encontrar el camino para prenderlo. Lo dejó esta vez impactado y con un fuerte golpe en la boca. El sobrero tenía otras hechuras. Más ofensivo y a la caza. Ya lo hizo en banderillas, en la lidia. Fue toro de oficio.

Roca Rey se las vio con un segundo que tuvo nobleza, iba y venía aunque le faltaba esa entrega definitiva. Lo mató perfecto Roca. Otra cosa fue el cuarto, que sí tuvo duración y buen fondo. Ahí lo disfrutó el torero peruano, que acabó cortándole el doble premio. Y la Puerta Grande. El disfrute siguió después con la necesidad de evadirse de la revueltas de la vida. Nadie se libra. Los españoles tampoco. Horas después llenarían Cibeles en contra de la amnistía (entre otras cosas). Latacunga vibra.

FICHA DEL FESTEJO:

Viernes 17 de noviembre de 2023. Plaza de toros de Latacunga, Ecuador. Primera de feria. Lleno de "No hay billetes".

Toros de Huagrahuasi, correctos de presencia y de juego aceptable, el primero como sobrero y el cuarto, premiado con la vuelta al ruedo.

Juan Ortega, vuelta y saludos

Roca Rey, dos orejas y dos orejas.