Feria de San Fermín

Así es el recorrido del encierro de San Fermín, tramo a tramo: 876 metros de locura colectiva

El encierro de San Fermín recorre el casco antiguo de Pamplona. Un trayecto legendario que combina tradición, caos, velocidad y miles de piernas que no quieren quedarse atrás

PAMPLONA, 07/07/2025.- Los mozos son perseguidos por toros de la ganadería gaditana de Fuente Ymbro durante el primer encierro de los Sanfermines 2025, este lunes en Pamplona. EFE/ Jesús Diges
Primer encierro en el Día de San FermínJesús DigesAgencia EFE

El encierro de San Fermín no se corre, se sobrevive. Cada mañana entre el 7 y el 14 de julio, Pamplona se convierte en un hervidero de cuerpos tensos y miradas fijas. Son apenas 876,6 metros, pero en ellos cabe la historia, la locura colectiva, el miedo y también una dosis irrepetible de gloria. Desde los corralillos hasta la plaza de toros, los toros recorren las mismas calles desde hace décadas, convertidas en santuario taurino y desafío físico.

Lo que hoy es fiesta internacional empezó como una necesidad logística: llevar los toros desde los campos hasta el coso. Entonces lo hacían mayorales, vaqueros y cabestros. Hoy, miles de personas de todos los rincones del planeta se juegan el tipo por vivir esa emoción fugaz que dura, con suerte, menos de tres minutos.

Esta es la ruta del miedo

Recorrido del encierro de Pamplona
Recorrido del encierro de PamplonaLa Razón

El recorrido arranca en la Cuesta de Santo Domingo (280 mt), uno de los tramos más potentes y peligrosos por su pendiente. A esa velocidad, los toros suelen llegar compactos hasta la Plaza Consistorial, donde empieza el segundo tramo: el Ayuntamiento-Mercaderes (100 mt). Es más técnico que violento, con una doble curva que exige reflejos y conocimiento del terreno.

Luego llega uno de los puntos más célebres: la curva de Mercaderes con Estafeta. Allí, el suelo ha visto a decenas de toros derrapar como si fuera una pista de hielo. Hoy se usa un producto antideslizante, pero el riesgo sigue ahí, especialmente para quien se lanza sin saber tomar la curva. Le sigue la calle Estafeta, la más larga (304 mt) y popular, donde muchos buscan la gloria... y a veces encuentran al toro. La manada empieza a disgregarse y eso hace el tramo aún más traicionero.

La recta final incluye la curva de Telefónica (100 mt), que se abre como un embudo, y el temido callejón. Con apenas 25 metros, este túnel de madera puede convertirse en una trampa mortal cuando los mozos caen unos sobre otros. Allí no hay sitio para vacilar: se entra o se vuela. Finalmente, los toros cruzan la plaza de toros (67 mt), en un último sprint seguido por los corredores que, en abanico, los flanquean. Antes una zona tranquila, hoy también tiene lo suyo gracias a los inexpertos que confunden valor con exhibicionismo.

El encierro de San Fermín no es solo una carrera: es un mapa emocional, un código de honor y un espejo donde cada corredor mide su arrojo. Cada tramo tiene su alma y su amenaza. Correrlo entero es casi imposible; dominarlo, aún más. Pero vivirlo, aunque sea un solo metro, es cruzar una línea que ya no se olvida.