Informe

La revolución silenciosa del toreo: las novilladas madrileñas crecen y cambian el relato contra la tauromaquia

Los datos muestran una reactivación sostenida del sector en la Comunidad de Madrid, con especial protagonismo de los festejos menores que apuntalan la renovación de esta expresión cultural

Pódium de San Isidro 2025: toros y toreros que dejaron huella en Madrid
Pódium de San Isidro 2025: toros y toreros que dejaron huella en MadridPlaza 1

Las novilladas están empujando con fuerza en Madrid y no es casualidad. Lejos del foco de las grandes ferias, la base de la tauromaquia se está consolidando a pie de plaza, con un aumento de festejos que confirma que el relevo generacional no solo existe, sino que ya se está produciendo. Según un informe emitido por la Asociación Nacional de Organizadores de Espectáculos Taurinos (ANOET), los festejos en la Comunidad han crecido un 3,52% respecto al año pasado, una cifra que por sí sola ya es elocuente, pero lo es aún más al desgranarla.

Las novilladas picadas han registrado un aumento del 2,27%, alcanzando las 90 celebraciones. Pero lo más revelador es el repunte de las novilladas sin picadores, que han subido un 8,74%, lo que demuestra que la cantera de toreros está viva y encuentra oportunidades reales de mostrarse. En un momento donde muchos hablan del fin de la tauromaquia, los datos dibujan un escenario muy diferente: más toreros jóvenes con opciones, más plazas activas, más pueblos que vuelven a organizar festejos.

Ese crecimiento no es fruto de un solo año. La tendencia ascendente se mantiene desde el final de la pandemia, con un 17% más de espectáculos que en la era pre-COVID. A esto se suma otro dato: un 9% más de municipios se han reincorporado al calendario taurino, muchos de ellos reabriendo plazas que llevaban años cerradas. La plaza de toros de Valdemoro es solo uno de los ejemplos visibles de esta reactivación silenciosa pero contundente.

Este impulso no ha caído del cielo. El papel de la Comunidad de Madrid ha sido clave, no tanto por una inyección económica masiva, sino por una estrategia de acompañamiento. Certámenes como la Copa Chenel o el Circuito de Novilladas han sido auténticos salvavidas para decenas de jóvenes espadas, que han podido pisar albero en contextos profesionales y con visibilidad. Nombres como Borja Jiménez, Fernando Adrián o Víctor Hernández han crecido al calor de estas iniciativas.

No se trata de nostalgia, sino de renovación. La tauromaquia madrileña no solo resiste, sino que se adapta y se proyecta. Las cifras de novilladas son el termómetro más claro de que la expresión cultural taurina tiene futuro cuando se invierte en la base, cuando se mira hacia abajo en lugar de solo celebrar los grandes carteles. El público, además, ha respondido: los tendidos, aunque modestos, están más vivos que nunca.

Con estos datos en la mano se entiende mucho mejor el fenómeno que sucede, por ejemplo, en Las Ventas, donde esta temporada se ha derribado la barrera del millón de espectadores asistiendo a la plaza y se han colgado más carteles de "No hay billetes" que nunca antes en su historia.

En un contexto político y social polarizado, el crecimiento del toreo en Madrid es una respuesta desde la realidad, no desde el discurso. Hay datos, hay afición, y hay toreros nuevos dispuestos a hacerse un hueco. Las novilladas, muchas veces subestimadas, están salvando la temporada y sosteniendo una expresión cultural que se defiende sola: con verdad, con emoción y con gente joven que quiere torear.