"Tuve que romperme el cuello para aprender un par de cosas": un documental sobre Christopher Reeve revoluciona Sundance
El mítico Christopher Reeve, protagonista del nuevo documental de Ian Bonhôte y Peter Ettedgui, se puso las mallas de Superman hasta cuatro veces en la gran pantalla
Madrid Creada:
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Había ido perdiendo el interés en cada nueva secuela, llegando al punto de querer separarse del personaje, pero cuando el actor Christopher Reeve cayó de su montura el 27 de mayo de 1995 lesionándose la médula espinal, el mundo entero contuvo la respiración por su Superman, por su Hombre de Acero en carne y hueso.
Con el infame accidente como eje, buceando en horas y horas de vídeo casero, archivo familiar y varias entrevistas con su viuda, Dana, y sus hijos, un nuevo documental que se ha visto esta semana en el prestigioso Festival de Sundance (Utah, EE.UU.) repasa la trayectoria vital del intérprete desde una perspectiva «respetuosa» y «emocionante», según describen las primeras críticas que llegan del frío páramo americano.
«Super/Man: The Christopher Reeve Story», dirigido por Ian Bonhôte y Peter Ettedgui, de hecho, puso a llorar a buena parte de la sala presente en Park City, compungida por una existencia trágica que bien puede dividirse en tres actos: el primero, marcado por su aspecto apolíneo que le abrió las puertas del mundillo de la actuación, haciendo buenas migas con William Hurt o Jeff Daniels, y protagonizando con ellos obras baratas y «underground» en los escenarios paralelos de Broadway; un segundo, el intermedio que va desde su primera y carismática aparición como Superman en la película homónima de 1978 y su carismático ascenso a la cima de Hollywood; y un tercero, mucho más humanista, en el que Reeve destacó como filántropo y divulgador, dando a conocer aspectos de su lesión medular y abogando por los derechos de las personas con discapacidad en su país.
«Tuve que romperme el cuello para aprender un par de cosas», llega a confesar Reeve a su mujer en el documental, una Dana que cuenta (en una entrevista de archivo) que se sintió profundamente «sola en el mundo» desde el fallecimiento del actor en 2004. De hecho, en el documental también se revela que Warner Bros., en su utilización de los rasgos faciales de Reeve para el cameo digital de este en «Flash» (2023), no llegó a pedir permiso a la familia del actor, ejerciendo de manera unilateral los derechos que tiene sobre las imágenes de la tetralogía ochentera.