Automovilismo
La mayor tragedia en la historia del automovilismo: 83 muertos
Las cifras extraoficiales elevan a más de 130 los fallecidos en las 24 horas de Le Mans de 1955.
Los coches circulaban casi a 250 km/h y había llegado el momento de cambiar de piloto. Mike Hawthorn disminuyó la velocidad de su Jaguar para entrar en boxes y Lance Macklin se abrió hacia la izquierda con su Austin Healey 100S para superar a Hawthorn. Pierre Levegh trató de pasar con su Mercedes 300SLR entre Hawthorn y Macklin, pero acabó embistiendo a Macklin. El coche de Levegh voló y al aterrizar chocó contra una barrera. Como consecuencia del impacto, el motor y la parte delantera salieron despedidos y acabaron en la tribuna repleta de público. Las cifras oficiales situaron el número de fallecidos, entre ellos Levegh, en 83 aquel 11 de junio de 1955 en las 24 horas de Le Mans.
Han pasado 65 años de la que es considerada la mayor tragedia en la historia del automovilismo y la cifra real de fallecidos nunca se confirmó. John Weyr, entonces mánager del equipo Aston Martin, escribió que “aproximadamente otras 50 personas murieron en el hospital, extendiendo la cifra fatal por encima de 130”.
El Mercedes de Levegh, con una carrocería de magnesio, un material tan liviano como inflamable, ardió como consecuencia del golpe, aunque la mayoría de las víctimas no falleció por quemaduras, sino por el impacto de los restos del automóvil.
Se responsabilizó a Hawthorn del accidente por su maniobra de aproximación a boxes, pero el argentino Juan Manuel Fangio, testigo directo del suceso y que escapó del choque de forma milagrosa, aseguró tiempo después que la maniobra “fue correcta”. La prueba no se suspendió y Hawthorn terminó ganando la carrera junto a Ivor Bueb.
Las consecuencias deportivas de aquel desastre comenzaron en aquellas mismas 24 horas de Le Mans. El potente equipo Mercedes decidió retirarse durante la noche, cuando encabezaba la carrera, y no regresó a la competición deportiva hasta 1989. Dos días después, las autoridades francesas decidieron suspender las competiciones automovilísticas en el país, un ejemplo que siguieron a continuación España, Alemania y Suiza.
Hawthorn se convirtió en 1958 en el primer británico en ganar el Mundial de Fórmula 1, pero apenas pudo disfrutar de su éxito. En enero de 1959 falleció en un accidente de tráfico cuando intentaba superar con su Jaguar a un Mercedes.
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