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La memoria del Mundial

El Museo de la Selección guarda los recuerdos de aquel título. Un rincón especial en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Las camisetas de Iniesta y Casillas conviven con la Copa del Mundo y el balón de la final

La memoria del Mundial de Sudáfrica se guarda en el Museo de la Selección, en la sede de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Las instalaciones están cerradas por la pandemia de Covid-19, pero los recuerdos siguen presentes. La Copa de campeones del mundo preside la trilogía de títulos que España consiguió entre 2008 y 2012. Dos Eurocopas y un Mundial, una hazaña que nadie había conseguido antes.

El Mundial es otra cosa. Antes de ganar la Eurocopa en 2008 España ya había sido campeona de Europa en 1964, el gol de Torres es heredero del gol de Marcelino. Pero el gol de Iniesta no tenía referencias, y eso es lo que hace especial a la Copa del Mundo.

En una vitrina se guardan los balones de cada uno de los campeonatos, acompañados por una porción de césped de cada uno de los estadios en los que se disputaron las finales. «Piqué recortaba las redes y nosotros un trocito de césped», bromea Paloma Antoranz. Ella era la jefa de prensa de la selección en el Mundial de 2010 y ahora continúa siendo parte del equipo de comunicación de la Federación. Junto a los balones de las tres finales y el césped «embalsamado» de los escenarios de los triunfos «viven» las botas de Vicente del Bosque. El ex seleccionador usó el mismo par desde que asumió el cargo en agosto de 2008 hasta la Eurocopa de 2016. Cuando se retiró, las donó al Museo.

Paloma hace de guía en el córner dedicado al campeonato del mundo de Sudáfrica. Un espacio privilegiado en el que no sólo hay recuerdos deportivos. Un cuadro con una foto del Empire State vestido de rojigualda ocupa una de las paredes. Y la afición también tiene su espacio, representada por el bombo de Manolo y por un balón que llegó botando desde Madrid hasta Sudáfrica. Una iniciativa de uno de los patrocinadores de la selección en aquel momento y que contó con colaboradores de todo tipo. El aventurero Álvaro Bultó, fallecido en un accidente mientras practicaba salto base se ocupó de que la pelota cruzara botando el estrecho.

En otra vitrina se guardan los balones de cada partido de aquel Mundial. «Ya tenían serigrafiado el partido con las banderas de las selecciones y la fecha», cuenta Paloma. A su lado, las entradas para cada uno de los partidos de aquel campeonato. La pelota de la final era diferente. Los círculos negros que adornaban el Jabulani, que así se llamaba el balón, eran dorados para el España-Holanda de Johannesburgo.

La misma vitrina acoge camisetas significativas. La de Iniesta, dedicada. También la de Casillas, tan decisivo como Andrés con esa parada mágica a Robben. Y a su lado, el brazalete de la final. Los de todas las selecciones eran iguales, los entrega la FIFA con la leyenda «Respect», un paso más en la campaña de juego limpio e integración de la confederación internacional. Los brazaletes se reparten en dos colores, azul y amarillo. El de Iker en la final era amarillo.

Están los uniformes de los dos jugadores más decisivos de aquella final, pero también la chaqueta del chándal de Vicente del Bosque con la firma del ex seleccionador. Y junto a todos estos elementos, un detalle excepcional, la camiseta del árbitro de la final, Howard Webb. «Nos mandó las tarjetas dedicadas», comenta Paloma Antoranz.

Las tácticas de la final se guardan en la pizarra que preside una de las paredes. En ella se observa la disposición de los futbolistas en las jugadas de estrategia. En negro los españoles, en rojo los holandeses. Aunque la jugada a balón parado más decisiva del campeonato fue la que precedió al gol de Puyol en la semifinal ante Alemania.

Los futbolistas pidieron permiso a Del Bosque para probar con una de las jugadas que utilizaban en el Barcelona. Xavi sacaba de esquina y Puyol entraba al área para rematar de cabeza. Lo hablaron en el descanso con el seleccionador y en la primera oportunidad que tuvieron llegó el gol de Puyol. «Entró como un animal», explica Xavi. Un paso más para este rincón de memorias del Mundial.