Fútbol

Pedri hace feliz a Messi y el Barça remonta al Athletic Club (2-3)

El conjunto de Marcelino se adelantó en el minuto 3, pero remontaron los azulgrana con la conexión entre el canario y el argentino. Muniain puso emoción al final

Pedri celebra el gol que le marca al Athletic
Pedri celebra el gol que le marca al AthleticAlvaro BarrientosAgencia AP

Se habla mucho de Messi esta temporada. Que si está triste, que si está contento, que si está perezoso o implicado. Su cara a veces es difícil de descifrar. Otras, no tanto. Con la expresión con la que el argentino recibió a Pedri no hay muchas dudas. La felicidad es eso. El canario le dio un abrazo. Pero es que antes le había dado una asistencia con un taconazo clarividente. Todo empezó con un error en la salida de Unai Simón, que se quedó a la mitad, vendido, pero cuando la acción pedía que Pedri siguiera hacia delante, pensó que era mejor idea dejar el balón haciéndolo rodar hacia atrás para que el «10» sólo tuviera que empujarlo a la red. De esa manera se corrigió el Barcelona en San Mamés tras un arranque espectacular del Athletic Club. Era el debut de Marcelino en el banquillo vasco y qué mejor manera de empezar que con un gol. Los primeros diez minutos de los «leones» fueron eléctricos. A la carrera: robo y en pocos pases, pim, pam y a por Ter Stegen. Williams se deshizo de Lenglet para buscar su pierna buena y remató para superar al portero. El defensa francés estuvo blando. La acciones de vértigo se repetían y Yuri estrelló el balón en el lateral de la red en una jugada que empezó por el otro costado con Capa, también al galope.

El Barcelona estaba descolocado y sólo amenazaba con Dembélé, al que Koeman le siguió dando continuidad. Esta vez lo puso en el lado derecho y sus arrancadas eran un peligro. Un pase suyo filtrado a Messi acabó con el remate de Dest y la parada de Simón, en lo que fue la primera oportunidad para los azulgrana. Dembélé también lo probaba desde fuera del área, con las dos piernas, aunque el gol lo encontró Pedri en otra acción poco afortunada del, por otro lado, fantástico guardameta del Athletic. También dudó en la salida, esta vez por arriba, y De Jong se le coló por la espalda, a él y a Iñigo Martínez, para ceder atrás a Pedri y que marcara de cabeza. No era fácil la dejada del holandés, pero se las apañó. El arranque había sido un centro de Messi, como en Huesca hace unos días. Ahí está naciendo también una buena asociación, como la del argentino con el canario, que en realidad intenta ser el «amigo» de todos, bajando en este duelo a recibir para la creación del juego o moviéndose entre líneas para conectarlas. Con el empate cambió el rumbo del encuentro y con el gol de Messi cambió también el marcador. El «10» todavía tuvo tiempo para perdonar el tercero antes del descanso.

En el Barcelona faltaba por aparecer Griezmann, que volvió a la titularidad en lugar de Braithwaite. Se estaba viendo al francés en las acciones defensivas, de repliegue, y con su movilidad, pero no lograba entrar demasiado en juego hasta que una asistencia suya terminó en el tercer gol de los azulgrana, el segundo de su capitán en lo que supone su primer doblete del curso. Pero todavía había tenido el Barça el típico rato de incertidumbre, de no se sabe muy bien lo que va a pasar. Claro que delante estaba el Athletic, un equipo que en San Mamés siempre da un plus, aunque esta vez le faltara el apoyo de su público, que forma parte de la leyenda de La Catedral. Hubo otro arreón nada más volver del vestuario, con los clásicos centros desde los costados que hacen temblar a cualquier defensa. Fueron tres seguidos y Williams no acertó en uno por muy poco. Se podía volver a complicar la vida el conjunto de Koeman, pero esta vez sí encontró el tercero para poner distancia de por medio y evitarse otro final de infarto en el que todo puede pasar. Pasó que Messi se equivocó, perdió un balón y Munian se anotó el segundo, pero era el minuto 90, ya sin tiempo. Y los barcelonistas tenían ese colchón.

Porque el equipo de Marcelino no dejó de intentarlo, con una presión un poco más arriesgada que le hizo desnudarse un poco. Los centros al área no tenían rematador y en el otro lado Messi se encontró con el palo por segunda vez, tras otro detallazo de Pedri en forma de control. Koeman acabó sacando a Mingueza por Dest, cambio defensivo habitual que no gusta demasiado en la Ciudad Condal.