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Nadal gana a Norrie en el regreso a la anormalidad y ya está en octavos del Open de Australia

Sin público, en un ambiente frío, el balear superó (7-5, 6-2 y 7-5) a un oponente que le exigió un poco más que las dos primeras rondas. Ahora comienza los difícil: Fognini

Las gradas, de nuevo vacías en el Open de Australia. Nadal venció a Norrie en tercera ronda
Las gradas, de nuevo vacías en el Open de Australia. Nadal venció a Norrie en tercera rondaLOREN ELLIOTTREUTERS

Como no podía ser de otra manera, este Open de Australia está siendo extraño. Aparte de la destreza con la raqueta, también se mide la capacidad de adaptación. A las lesiones, por ejemplo: Nadal tiene problemas en la espalda que arrastra desde antes de empezar, pendientes de evolución a la espera de que lleguen rivales que le exijan de verdad, porque el británico Norrie se lo puso más difícil que sus dos oponentes anteriores, pero sólo un poco (7-5, 6-2 y 7-5). Durante la competición ha sido Djokovic el que ha tenido problemas abdominales, y también Berrettini en la misma zona. Los dos siguen adelante, pero con dudas. Primer problema, pues, lidiar con el cuerpo, con la salud, tras una preparación algo deficiente por la estricta cuarentena que tuvieron que pasar de dos semanas por la pandemia.

Segundo problema: el ambiente. El Open de Australia en el comienzo fue como ver la luz: público en las gradas, calor, afición enloquecida con las derechas, los reveses... Pero un brote de la cepa británica de covid en Melbourne ha hecho que se vuelva a la anormalidad, a los asientos vacíos, al menos durante los próximos cinco días. Después de dos jornadas arropado por gente, la tercera ante Norrie fue con las gradas vacías. Está la música para intentar dar vida, pero nada es lo mismo. La frialdad también jugaba y a eso también hay que saber adecuarse. Lo hizo Nadal, experto camaleón prácticamente ante cualquier situación ante un rival al que nunca se había enfrentado. El británico Norrie tiene unos cuantos resultados interesantes en su carrera y es un tenista visualmente extraño. Da el revés con los brazos como muy extendidos y parece que apenas carga para golpear la bola. Le sale muy recta y resbala un poco. La adaptación a su oponente le hizo tener algún error de más e incluso sufrió el primer break en contra en el torneo: el británico se puso con 2-3 y saque, pero la respuesta del español fue impecable. Para que no hubiera dudas ni Norrie se viniera arriba, la réplica fue una rotura en blanco al juego siguiente para el 3-3.

Nadal era mejor en los intercambios, más poderoso, lo que le permitió dominar con su derecha, aunque el duelo iba a trompicones. Con buenos golpes, no correspondidos por los aplausos del no-público, y también con algún error que otro de los que el zurdo no suele cometer. Engañaba Norrie con ese juego en el que parece que no da fuerza a la bola, pero lograba hacer daño. Y es un luchador, además, corriendo de lado a lado. Aunque casi siempre fue a remolque del manacorense y con su servicio lo pasaba mal. Fueron numerosos los 0-30 con los que empezó el número dos del mundo que después no logró aprovechar. El primer set se lo llevó Rafa con una segunda ruptura para evitar el “tie break” y el segundo fue más cómodo con esa dinámica de aciertos-fallos. Se quejaba Rafa de la rapidez con la que sacaba su rival. “No estaba preparado”, dijo en un par de ocasiones.

Empezó a llover, otra circunstancia a la que adaptarse, pero fue al final, con 4-3 para Nadal en el tercero. En la reanudación, la dinámica no cambió y la primera bola definitiva no la perdonó con una derecha abierta, abriendo ángulo, que no tuvo respuesta. “Sí”, gritó el balear. Rafa deja atrás un encuentro raro, interrumpido varias veces porque los recogepelotas tenían que limpiar los excrementos que dejaban los pájaros. Se supone que su espalda sufrirá la primera gran prueba en los octavos de final ante el volcánico Fabio Fognini, que venció a De Miñaur por 6-4, 6-3 y 6-4. Mientras, sigue ganando tiempo para recuperarse, con pocas horas en pista.