Fútbol

Fútbol

La regla del 50+1 o por qué los clubes alemanes sí son de los aficionados

Ningún propietario privado puede ser dueño de más de la mitad en la Bundesliga

Patrik Schick, del Bayer 04 Leverkusen, disputa una pelota con David Alaba, del Bayern de Múnich
Patrik Schick, del Bayer 04 Leverkusen, disputa una pelota con David Alaba, del Bayern de MúnichAFP7 vía Europa PressAFP7 vía Europa Press

La regla del 50+1 fue la amenaza que utilizó el gobierno de Boris Johnson para que los clubes ingleses abandonaran el proyecto de la Superliga que acababa de nacer. Johnson amenazó con impedir que propietarios extranjeros dispusieran de más del 50 por ciento de la propiedad de un club inspirado en la norma que rige en Alemania desde hace años.

Cuando los clubes alemanes comenzaron a transformarse en sociedades anónimas, en 1998, se fijó esa norma del 50+1, que establece que un club debe mantener el 50 por ciento más una de sus acciones en propiedad del club y de sus socios para poder inscribirse en la Bundesliga.

“La regla está diseñada para garantizar que los miembros del club conserven el control general, protegiendo a los clubes de la influencia de inversores externos”, dice la propia Bundesliga en su página web.

De esta manera es imposible que un club alemán caiga en manos de un jeque o de un multimillonario cualquiera, como sucede en la Premier y en muchas otras ligas, incluida la española. Y se garantiza la relación del club con sus hinchas.

Hasta 1998, como sucedía en España, los clubes eran entidades sin ánimo de lucro, en manos de sus socios.

La norma tiene también sus excepciones. Permite que si una persona o una entidad han financiado un club durante al menos veinte años de manera continuada puedan superar esa cuota y convertirse en accionistas mayoritarios. Es lo que sucede con el Bayer Leverkusen y el Wolfsburgo, propiedad de la farmacéutica Bayer y de Volkswagen, porque desde su nacimiento los clubes estuvieron ligados a estas empresas. La tercera excepción es el Hoffennheim, propiedad de Diettmar Hopp, fundador de Sap.

Otro club excepcional es el RB Leipzig, propiedad de la empresa de bebidas energéticas Red Bull, que compró su plaza al Markranstadt, un equipo de la quinta división, y que ha ido escalando hasta alcanzar el año pasado las semifinales de la Liga de Campeones.

Pero la norma es que los clubes pertenezcan a sus socios. Como el Borussia Dortmund, que tiene 153.787. El Schalke, su rival regional, que acaba de descender a la Segunda Bundesliga, tiene 150.688 socios. Pero ninguno tiene tantos como el Bayern, que alcanza los 290.000. Los socios mantienen un 75 por ciento de las acciones del equipo muniqués y el restante 25 por ciento se reparte de forma paritaria entre Adidas, Audi y Allianz, la aseguradora que da nombre al estadio. Disponen de un 8,3 por ciento cada una.