Balonmano

La Infanta Cristina, Iñaki Urdangarín y su hija Irene, fans de Pablo en el Barça

Pablo lo dio todo sobre el terreno de juego y contribuyó a la ajustada victoria (27-26) del conjunto culé frente al Esplugues

Pablo Urdangarin jugando con el equipo de Barcelona de Balonmano
Pablo Urdangarin jugando con el equipo de Barcelona de BalonmanoGFOTOSPORT / GerardFrancoGFOTOSPORT / GerardFranco

Si hace una semana informábamos del exitoso debut de Pablo Urdangarín en la Liga Asobal con el Barcelona de balonmano, al hijo de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarín le ha tocado esta jornada volver a la División de Plata con el segundo equipo del Barça, continuando con su formación y su lucha para cumplir su sueño de llegar a lo más alto en el deporte con el que su padre consiguió dos medallas olímpicas y seis copas de Europa.

Confirmando que es uno de los jugadores más en forma de su equipo, Pablo lo dio todo sobre el terreno de juego y contribuyó a la ajustada victoria (27-26) del conjunto culé frente al Esplugues con dos tantos decisivos que demostraron su progresión días después de su estreno con la primera plantilla.

Un partido en el que el sobrino del Rey Felipe VI contó con el apoyo incondicional, una semana más, de sus padres, que en esta ocasión estuvieron acompañados por su hija Irene y por varios miembros de la familia Urdangarín, que jalearon animados desde las gradas a un Pablo cada vez más seguro en elterreno de juego.

Muy discreta, la Infanta Cristina consiguió pasar desapercibida en esta ocasión y, con varios escoltas protegiendo cada uno de sus movimientos, nos fue imposible captar ninguna imagen de la exduquesa de Palma arropando orgullosa a su segundo hijo. A quienes sí pudimos ver, sin embargo, fue a Iñaki Urdangarín y a su hija Irene llegando al pabellón. A sus 16 años, la nieta de los Reyes Eméritos reaparece después de varios meses sin verla y lo hace para arropar a su hermano Pablo en su incipiente carrera deportiva. Con su rubia melena más larga que nunca y un atuendo informal, la joven, que reside en Ginebra con su madre, llegaba al pabellón con una mascarilla quirúrgica que ocultaba parte de su rostro y unos originales vaqueros con lunares blancos.

De lo más relajado, Iñaki Urdangarín demostró ser el fan número 1 de su hijo Pablo y, sonriente y relajado, no se perdió detalle del partido desde las gradas, aunque sí pudimos verlo llamando por teléfono en varias ocasiones aprovechando varios descansos. Retomando poco a poco su vida ‘normal’, el exduque de Palma aprovecha los fines de semana para viajar de Vitoria - donde disfruta del tercer grado penitenciario desde el pasado mes de febrero - a Barcelona para recuperar el tiempo perdido con su familia.