Entrevista

Mariano García: “Para qué irme del pueblo si lo tengo todo allí”

El mediofondista, que entrena en un “triángulo de tierra de 300 metros”, llega al Mundial de Belgrado con la mejor marca en 800

Mariano Garcia busca la gloria en los 800 metros en el Mundial "indoor" de Belgrado
Mariano Garcia busca la gloria en los 800 metros en el Mundial "indoor" de BelgradoAFP7 vía Europa PressAFP7 vía Europa Press

“Mira en Google Maps. Es que es un triángulo”, dice Mariano García. Y, efectivamente, al buscar en la pantalla del ordenador se ve un triángulo en Fuente Álamo, el pueblo del mediofondista, aunque él nació en la pedanía de Cuevas de Reyllo. «Es un trozo de tierra de 300 metros donde he corrido toda la vida», explica Mariano. Y ahí sigue entrenando, tan a gusto. «Estoy cómodo, lo tengo todo al lado: el gimnasio, que está a 150 metros del triángulo, el fisio, la podóloga, el peluquero, mi casa... Para qué cambiar si van las cosas bien», añade. Porque desde ahí se ha clasificado para el Mundial Indoor de pista cubierta que se disputa en Belgrado (desde hoy hasta el domingo) con la mejor marca del año de cualquier atleta en 800 metros, 1:45.12, récord de España que batió en un mitin disputado en Nueva York. Ese tiempo y la trayectoria que lleva hace que se piense en él como una de las opciones de medalla en la capital serbia. «Yo parto como si fuese el último. Somos 27 inscritos y tengo que ganar a 26 si quiero ser el primero, pero esas 26 personas pueden ganarme. Ya tengo la experiencia de cuando fui a Glasgow [Europeo de 2019] que iba sobre el 30 y quedé cuarto. Las marcas son sólo marcas, y luego hay que competir las carreras de campeonato, que son diferentes», analiza.

Al triángulo Mariano también lo llama el «estadio», se le escapa llamarlo así, pero es como lo siente, y también el «mercadillo». «Los sábados ponen el mercadillo alrededor: está la pista de tierra y el mercado. Estás haciendo series ahí y los de los puestos me conocen, me animan y me dicen: “¿Quieres algo?”», desvela. En el pueblo, en realidad, le conoce todo el mundo. Y uno de los que más, su entrenador, Gabi Lorente, que también es de allí y que hasta no hace tanto tenía que combinar su trabajo en el atletismo con ayudar en la panadería de su cuñado. Ahora entrena en el Club UCAM de Cartagena y cuando Mariano tiene que hacer ejercicios en pista baja ahí o a Alhama.

El técnico estará en Belgrado por primera vez con la selección. «Él también hacía atletismo, le tocó empezar a entrenar en el pueblo a los de la escuela, él tenía 20 años escasos, yo era cadete y me cogió y no he cambiado. Por eso tampoco quiere irme a ningún lado: estoy muy a gusto y cada año voy progresando», admite Mariano. Lo dice comiéndose una manzana, tranquilo en Madrid antes de partir a Serbia, pero Lorente afirma que cuando tiene que competir es otro, que se pone nervioso y por eso a veces le salen las carreras que le salen, sin mirar atrás, con la estrategia de que me siga quien pueda, lo que puede acabar en una victoria espectacular o en un mal cálculo de fuerzas y ceder al final. La última vez que compitió fue en el meeting de Madrid el pasado 2 de marzo, y desde ahí los entrenamientos del murciano han ido «mejor de lo esperado». «Ha sido mantener un poco y ayudar a la chispilla final para llegar lo mejor posible a Belgrado, a terminar la faena allí después de una temporada ‘’indoor’' brutal. Tampoco ha sido un machaque, si el trabajo estaba hecho, era cuidarse», explica García. La preparación en invierno ha sido la habitual y el resultado un poco mejor. Atrás queda ya la decepción de no haber podido ir a los Juegos de Tokio por culpa de una apendicitis que le chafó los planes. La pena le duró poco. En cuanto lo superó, a empezar de nuevo. «Antiguamente me costaban más las series largas, pero eso psicológicamente lo he superado y ya está. Las series más rápidas me gustan mucho, si he superado la parte dura que son las largas, estaba hecho», desgrana cómo ha sido parte de su preparación.

El mediofondista murciano empezó en el atletismo en los crosses escolares y también por una anécdota que suele contar: «Porque me perseguía un perro en el pueblo». Así sigue corriendo en busca de la gloria.