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El Barcelona, campeón de Europa en los penaltis ante el Kielce (37-35)

El equipo azulgrana de balonmano derrota al equipo polaco en los penaltis y logra su segunda Champions consecutiva

Los jugadores del Barcelona posan con el trofeo de campeones de Europa
Los jugadores del Barcelona posan con el trofeo de campeones de EuropaULRICH HUFNAGELAgencia EFE

El gol de Karalek, que forzaba la prórroga con el tiempo casi agotado anunciaba momentos difíciles para el Barcelona. Ya se veía campeón de Europa otra vez, la undécima, y sin embargo tenía que volver a empezar de cero. Como si no hubiera pasado nada en los 60 minutos anteriores. Como si Aleix Gómez no hubiera hecho una primera parte espectacular con seis goles y un acierto pleno en los lanzamientos de penaltis.

Como si Gonzalo Pérez de Vargas no hubiera sostenido al equipo en los peores momentos de la segunda mitad. Como si no hubieran existido esas cuatro paradas consecutivas que habían frenado al Kielce cuando amenazaba con tomar una ventaja insalvable en el marcador.

Como si Melvyn Richardson, el hijo del mítico Jackson que tantas veces amargó a la selección española, no hubiera tomado el relevo de Aleix Gómez en la segunda mitad con cuatro goles que levantaron a su equipo. A Aleix en esa segunda mitad le costó encontrar la portería. Habían pasado 23 minutos cuando volvió a superar a Wolff, el extraordinario portero del equipo polaco.

Como si el Barcelona no hubiera apretado en defensa en esos últimos minutos, cuando siempre tenía que recuperar el gol de ventaja que arrastraban los rivales.

Como si no hubieran aguantado todo el partido el poderío físico y mental de la familia Dujshebaev. Talant, el padre, desde el banquillo. Alex y Dani, los hijos, sobre el parqué.

Nada de eso valía y el Barcelona tenía que esforzarse otra vez como si nada para ser el primer equipo que gana dos veces consecutivas la Liga de Campeones desde que se disputa en formato de concentración con los cuatro semifinalistas.

Pero un error defensivo cuando el Barcelona jugaba en superioridad le obligaba a disputar diez minutos más para intentar ser campeón de nuevo. Alex Dujshebaev era la amenaza en el lanzamiento y dos jugadores se fueron a por él dejando libre a Karalek en el pivote sin dar tiempo a que llegara la ayuda.

Tampoco hubo solución en los diez minutos adicionales. Alex Dujshebaev tuvo el último lanzamiento en sus manos, pero se le marchó desviado. La final se decidiría en los lanzamientos desde los siete metros. Y no sabía entonces el internacional español que el suyo iba a ser el lanzamiento decisivo.

El jugador cántabro fue el único que falló en su turno. Era el tercero y la pierna de Gonzalo Pérez de Vargas se interpuso en su camino. Para el Barcelona habían marcado ya el infalible Aleix Gómez, que acabó siendo el máximo goleador del torneo, Dika Mem y Richardson. Después marcaron Ali Zein y Ludovic Fabregas, que consiguió el gol definitivo, el que volvía a hacer campeón al Barcelona y el que permitía a Gonzalo Pérez de Vargas levantar su primera Liga de Campeones como capitán azulgrana.