St. Pauli, donde piratas, rockeros y comunistas ven juntos el fútbol

Para los menos aficionados al fútbol podríamos explicarles que este deporte va de meter un gol más que el rival si quieres ganar -en la mayoría de casos-, jugando con un balón redondo y siguiendo unas normas controladas por un árbitro. Pese a ello, esta definición simplona no puede hacer comprender ni un 1% de todo aquello que representa el balompié, el deporte rey.

El fútbol va más allá del terreno de juego. Los días de partido importante, por ejemplo, se genera un clima en las ciudades implicadas muy complicado de explicar. Además, los partidos cuentan con multitud de eventos dentro del campo que no solamente se centran en el gol. Incluso, en ocasiones una simple falta en el centro del campo puede ser todo un acontecimiento celebrado por las miles de almas que se encuentran en el estadio.

Así las cosas, el fútbol es más que un simple partido o competición. También se juega fuera de la cancha. Incluso, existen clubes que son algo más que una plantilla de jugadores que juega al balompié. Algunos, por ejemplo, son toda una referencia para miles de personas debido a contar con un carácter diferenciado dentro del mundillo. En ese sentido, el St. Pauli es con total seguridad uno de los equipos más peculiares de toda Europa.

Dos estibadores como fundadores

El St. Pauli supone un pequeño refugio para todos aquellos contrarios al fútbol moderno y su pasión por el dinero. Así, con alrededor de 20 millones de aficionados por todo el mundo este club es uno de los estandartes del progresismo. En sus estatutos, por ejemplo, se definen como antifascistas antiracistas o antisexistas, hechos que atraen a una importante parte del mundo del fútbol.

Fundado el 15 de mayo de 1910 en Hamburgo bajo el nombre de FC Sankt Pauli por dos trabajadores del puerto de la ciudad el club que establecieron el marrón como bandera, una clara referencia a la vestimenta de los estibadores. Además, gracias a los piratas del Mar del Norte se decidió que una calavera fuese el símbolo del club.

Durante más de 60 años años de historia el equipo pasó sin pena ni gloria por las categorías alemanas. Fue en 1977 cuando consiguió acceder a primera aunque solamente por un año. Incluso, pese a que el equipo no cuenta con títulos importantes, su carácter reivindicativo de los últimos años lo ha convertido en todo un referente.

Uno de los más progresistas

Dentro de los hitos que ostenta el club destaca ser la primera institución en ser dirigidapor un presidente abiertamente gay. Entre 2002 y 2010 un militante de la causa, Corny Littmann, empresario teatral ostento el máximo cargo de la institución. Además, dentro de las paredes internas del estadio se encuentra un mural dedos hombres besándose apasionadamente bajo el lema “Lo único que importa es el amor”.

Entre otras acciones llevadas a cabo por el equipo destaca el apadrinamiento del FC Lampedusa durante la ola migratoria que vivía la zona. Incluso, una de las banderas presentes en el estadio recuerda el lema de “Bienvenidos refugiados”.

También son frecuentes las proclamas contra la extrema derecha o el racismo. Los aficionados, en gran parte de izquierda, recuerdan en muchas ocasiones durante los partidos su oposición total a los desalojos.

Un estadio nazi que cambió de nombre

Como en la mayoría de casos en Alemania muchos de los lugares conservaron nombres relacionados con Adolf Hitler o su partido. El estadio del St. Pauli, actualmenteMillerntor-Stadion, se llamó hasta 1998 Wilhelm Koch.

Este nombre era en honor a el presidente del club entre 1931 y 1969 aunque en 1998 se descubrió que había sido miembro del partido nazi. Así, el equipo trató de deshacerse de ese pasado y empezar a expulsar la extrema derecha del estadio a partir de los años 80 y 90. En ese sentido, la llegada de los punks al equipo ayudó en gran medida llenando el campo en cada partido.

Actualmente, el equipo cuenta con autenticas legiones de fans. Punks, comunistas o anarquistas son solamente tres de los ejemplos más significativos dentro del club. Hoy en día, además, cabe destacar que la famosa calavera del St. Pauli genera más de un millón de euros en merchandising gracias a la gran repercusión mundial del equipo.