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Final Eurobasket

España-Francia, a culminar una hazaña

El impactante rendimiento la selección en los días decisivos del Eurobasket anula el favoritismo que podía tener Francia

En las últimas horas en el vestuario de España Lorenzo Brown ha recibido un Master sobre todo lo que significa un España-Francia. Después de ganar a Alemania, el base de origen estadounidense reconoció que no conocía mucho la rivalidad entre ambos países y que lo investigaría en el hotel. En cuanto se enteraron los compañeros le prepararon una sesión intensiva de lo que supone el partido de hoy. Eso sí, con una premisa clara: llegados a este punto se trata de seguir compitiendo y seguir divirtiéndose. Por si uno de los héroes del torneo tenía alguna duda.

Siete años después de la última final (en Lille y ante Lituania con 80-63 para firmar el tercer oro, todos con Scariolo), España llega al día D como la selección más impactante del torneo. No contaba para nadie, afrontó la primera fase como un todo o nada y la resolución de los cruces la ha convertido en un enemigo temible. Aquello que dijo Djordjevic en el Mundial de 2019 se ha estado repitiendo una y otra jornada en los corrillos del campeonato: «Siempre hacéis lo mismo cuando llega el final. A mí no me podéis engañar». Por eso la reflexión de Scariolo: «Francia es un equipazo talentoso, atlético y será divertido enfrentarse a ellos. Habrá que ver cómo podemos seguir engañando al personal. Intentaremos inventarnos algo para poder competir».

Francia aterriza en el partido decisivo después de un viaje plagado de sobresaltos. Escapó del grupo de la muerte con la tercera plaza después de perder ante Alemania y Eslovenia. Lo que sucedió luego da para varias películas. Se topó con Turquía en octavos y dos errores desde la línea de tiros libres de Osman les permitieron forzar la prórroga para deshacerse de los otomanos. En cuartos la historia se repitió. Otra vez la estrella rival, en este caso Fontecchio, falló un par de lanzamientos libres. Una nueva prórroga y vía libre para semifinales. En la lucha por las medallas no hubo nada de emoción porque Polonia apenas planteó resistencia.

Collet tiene de todo y en todas las posiciones. Heurtel, Fournier, Yabusele... y Rudy Gobert como jugador diferente. La estrella de los Jazz, además de ser uno de los jugadores mejor pagados de la NBA, es uno de los mejores defensores. Sus números en el torneo (13,6 puntos, 10 rebotes y 1,1 tapones) quizá no sean muy llamativos, pero su influencia en el juego es determinante. Willy Hernangómez no se ha encontrado con un enemigo de su talla en todo el campeonato. ¿Su punto débil? El cuidado del balón. La defensa de España está obligada a que las 17 pérdidas que promedian por partido se conviertan en un lastre insalvable.

El España-Francia se ha convertido en el gran clásico del baloncesto continental en el siglo XXI. Hubo un anticipo en la semifinal del Eurobasket de 1999, cuando el equipo que dirigía Lolo Sainz derrotó a los anfitriones para ganar la plata. Este siglo los galos se han convertido en la víctima preferida en la Edad de Oro del baloncesto español. «Tendría varias medallas más si no fuera por España», asumía el legendario Tony Parker. El actual seleccionador, Collet, lo tenía claro hace años: «La España de hoy es la Yugoslavia de los noventa».

Los cruces directos desde 2005 hasta 2016 han sido constantes. Para España, los peores recuerdos llegaron en el choque de cuartos del infausto Mundial de 2014 (52-65), en la lucha por el bronce en el Eurobasket de 2005 (68-98) y en la semifinal del Eurobasket de 2013 (72-75 en la prórroga en una España sin Navarro ni Pau). El resto sólo han sido buenas noticias. Y eso incluye finales y semifinales de Eurobasket, eliminatorias directas en Juegos o Mundiales y la sensación para los galos de que cuando tenían un equipo para hacer algo grande siempre aparecían los mismos para estropearlo. Hoy se trata de que los novatos de España repitan la historia.