Real Madrid

El «deja vú» de Pablo Laso en Belgrado

El Real Madrid vuelve al escenario en el que hace cuatro años conquistó la Décima

Sergio Llull y Pablo Laso, durante la última temporada.
Sergio Llull y Pablo Laso, durante la última temporada.Jorge ZapataAgencia EFE

Ocho Final Four en los últimos doce años, siete de ellas en la «era Laso», cuatro finales, dos títulos de campeón, el último en Belgrado –«creo en los deja vú», ha dicho el técnico– y un balance inquietante en los últimos Clásicos. Este curso ya van seis y el Madrid sólo ganó el primero, allá por el 12 de septiembre del año pasado en la final de la Supercopa (83-88) con uno de los arrebatos de uno de los jugadores que llega con más ambición a la Final Four, Sergio Llull. Los cinco siguientes duelos directos fueron para el Barça y el más ajustado de ellos (59-64), en la final de Copa.

Laso y el Madrid se han tenido que reinventar ante el Barça de Jasikevicius y todavía no han encontrado la pócima para contrarrestar a los azulgrana. Olvidada la etapa en la que el equipo blanco era una máquina de anotar, alcanzaba con facilidad los 100 puntos y su tiro exterior era el más fiable de Europa, la defensa se ha convertido en el elemento diferenciador cuando el bloque ha estado a su mejor nivel. Los cambios defensivos y un partido muy físico estuvieron cerca de dar resultado en la Copa en Granada y esa tendencia se acentuó en el último partido de la Euroliga que se resolvió en la prórroga.

«Es obligatorio ir haciendo ajustes a lo largo de la temporada. Sigo diciendo que el Barcelona es un gran equipo y que Calathes controla y genera mucho juego en un equipo que tiene muchos puntos en sus manos. No sé qué ritmo de partido nos conviene más, sinceramente. Cuando te enfrentas a un gran equipo hay que adaptarse a las circunstancias, por eso, creo que estamos preparados para cualquier situación. El equipo está preparado para competir», asegura Laso. El técnico asume que «hace un mes era entendible que nadie creyera en nosotros», pero el equipo se ha rearmado y llega a Belgrado con un espíritu que tiene muy poco que ver con el que mostró sobre todo después de la final de Copa. La serie contra el Maccabi y la «salida» de Heurtel y Thompkins han sido los punto de inflexión tanto para la ambición de los más veteranos –Llull y Rudy– como para el paso adelante de piezas como Williams-Goss, Hanga o Poirier.

En lo que nadie supera al Madrid en Belgrado es en presencias en la Final Four. Tanto entre sus jugadores como en el banquillo. «Parece ser que soy el entrenador con más experiencia en Final a Cuatro de los que estamos. Ojalá la experiencia pesara un huevo. Tengo jugadores con mucha experiencia, pero también otros para los que será su primera presencia. Tenemos que saber combinar esa experiencia con la ilusión», explica Laso. Su gran objetivo es reducir el peso de Calathes y Mirotic. Williams-Goss, Abalde, Taylor, Rudy... por fuera hay argumentos. Para frenar al MVP del torneo, el panorama cambia. Deck, Yabusele y Randolph están obligados a dar un paso adelante para que el trabajo de Tavares y Poirier no caiga en vano.