Tour de Francia

Ciclismo

Los favoritos se quedan ciegos

Dos débiles intentonas de Bardet y Valverde junto a otra de Aru, lo único que se vio en los montes del Jura, donde se impuso Pantano

El colombiano Jarlinson Pantano celebra a la entrada en meta su primera victoria en el Tour
El colombiano Jarlinson Pantano celebra a la entrada en meta su primera victoria en el Tourlarazon

Dos débiles intentonas de Bardet y Valverde junto a otra de Aru, lo único que se vio en los montes del Jura, donde se impuso Pantano

Ahora en el Tour hace un calor de morirse. Aprieta y ahoga. Es de ésos de bajarse la cremallera del maillot subiendo los seis puertos que separan Bourg en Besse y Culoz y no bajársela en los descensos, para obligar a cualquier pequeño resquicio de brisa a colarse por el pecho para dar un poco de aliento. Pero hace poco no era así. El domingo pasado, camino de la estación andorrana de Arcalís y después de una jornada de sol atronador, en el último puerto una brutal tormenta de agua y granizo se cebó con los ciclistas del Tour.

Camino de la meta, Jarlinson Pantano se acercó a la cuneta y le propuso a un aficionado que presenciaba la etapa un trueque. «Te cambio tu paraguas por mis guantes». Hecho. El tipo se marchó feliz a casa y el colombiano subió hasta la meta sin mojarse la cabeza y la espalda. Ya estaba harto de tanta agua. Hubiera sido la imagen que se quedase de él en la mente de todos en este Tour de no ser por la tremenda exhibición que se marcó en el descenso de los Lacets du Grand Colombier para atrapar a Majka y hacer suya la decimoquinta etapa del Tour.

Colombiano y buen bajador no parecen dos aspectos compatibles, pero en él congenian. Pantano es alto, corpulento, rápido al esprint y buen bajador. Con todas esas aptitudes logró dar caza a Majka, los dos, supervivientes de una numerosa fuga y después de que el del equipo Iam sufriera en la última ascensión. Eso es lo que le falta a Pantano. «Sueño con convertirme en un ciclista de grandes vueltas, pero aún tengo mucho que mejorar, empezando por las cronos, y también hacer más concentraciones en altura».

Sueños. De esos hay muchos en el pelotón, ya convertido en un pequeño grupo que se limita a seguir como puede la estela de un equipo, el Sky, y de un corredor, Wouter Poels, tremendo y generoso en el esfuerzo, brutal en las prestaciones. Mantenerse a su rueda ya es un éxito. Los sueños se quedan ciegos. El amarillo que vende Quintana cada día que pasa se diluye. Sólo le quedan los Alpes para tornarlo realidad. El del BMC, que igual que el Movistar, se limita a aguantar, sin dar la cara y jugar dos bazas, la de Porte y la de Van Garderen, que a Culoz llega con casi minuto y medio perdido respecto a Froome.

Ciego se queda también Bardet, el único valiente que no teme perder un puesto de honor en la general que no sirve para nada y se lanza al ataque en los lazos del Gran Colombier. Con él se va Valverde, más inspirado que Quintana, igual que en todo el Tour. Pero en plena arrancada al espigadito francés del ag2r se le caen las gafas y el sol le ciega. Algo similar le sucede a Illnur Zakarin. En el pasado Giro, la nueva joya del ciclismo ruso sufrió una gravísima caída que lo lanzó por un terraplén. Salió indemne, milagro. No se rompió nada. Por eso el Katusha ha decidido traerle al Tour. Pero corre con miedo. Ayer en la última subida, cuando perseguía a Pantano y Majka, las lentillas se le movieron y aprovechó para recolocárselas. Pero no lo hizo bien. Otro invidente. Bastante tuvo con bajar vivo y entero.

¿El resto? Lo de cada día. Ni ataques ni movimientos. Mollema, soldado a la rueda del líder de manera obsesiva, Quintana pasando el día, Purito y Yates aguantando como pueden... Todos ciegos ante la superioridad del Sky, que cuenta los días para llegar a París. Más de uno necesitaría el paraguas de Pantano.

Valverde: «El Sky bloquea todo»

Alejandro Valverde fue de los pocos ciclistas que se atrevieron a mover el grupo de favoritos en los Lazos del Grand Colombier. El murciano saltó a por Bardet, pero su acción fue en vano. «Es difícil poner en apuros a Froome, es el capo, un líder muy fuerte y tiene un equipo que marca un ritmo y no hay quien lo aguante». Valverde comentó que el keniata «amagó con salir, algo que suele hacer. A veces hace cosas raras, pero no en el mal sentido, que nadie se confunda». El murciano no niega que «es difícil intentar cosas porque el Sky bloquea todo», pero aún así no se rinde: «hay que seguir buscando sus debilidades». Valverde, quinto en la general, tampoco ocultaba que tiene el podio cerca. «Pero no tengo presión alguna. Ya lo conseguí el año pasado, era mi objetivo y lo cumplí. Yo estoy aquí para Nairo», advierte.