Ciclismo
Van der Poel gana su tercera París-Roubaix consecutiva
El esloveno tuvo un despiste a falta de 38 kilómetros al coger una curva y perdió sus posibilidades de victoria
Mathieu van der Poel marcaba un tres con sus dedos al cruzar la línea de meta en el velódromo de Roubaix. Tres son sus victorias consecutivas en ese lugar. Como Francesco Moser. que encadenó sus triunfos entre el 78 y el 80. Ya tiene Mathieu las mismas también que Tom Boonen, que Cancellara y que Johan Museeuw. Un ciclista de leyenda que esta vez tuvo la suerte de su lado.
La temporada de clásicas se ha convertido en un duelo entre Mathieu van der Poel y Tadej Pogacar. Dos maneras de enfrentarse a la bicicleta que confluyen en las piedras de la París-Roubaix. Pero la pelea no pudo llegar al velódromo porque Pogacar se equivocó en la trazada de una curva cuando quedaban 38 kilómetros para la llegada. Se fue recto, distraído quizá por un a moto que estaba parada en la cuneta, y acabó clavando el «morro» de la bicicleta en la hierba. Tuvo que esperar al coche de su equipo para cambiar de montura y perdió un terreno que ya le fue imposible recuperar. Eran 19 segundos que llegó a reducir a 13, pero quedaba demasiado por delante como para competir en una contrarreloj mano a mano con Van der Poel.
En ese momento ya estaban ellos dos solos. Fueron seleccionando poco a poco a los rivales. Mads Pedersen tuvo la desgracia de pinchar en uno de los tramos de adoquines y no pudo pelear. Van Aert también tuvo averías y sólo Philipsen, compañero de Van der Poel en el Alpecin, pudo acompañarlos durante unos kilómetros. Pero fue precisamente un ataque de Mathieu el que lo dejó clavado para dejar la carrera convertida en un mano a mano frustrado.
Van der Poel también tuvo que cambiar de bicicleta, pero ya viajaba solo y con una ventaja que superaba el minuto sobre Pogacar. Antes había sufrido el impacto de un bidón que le lanzó un aficionado a la cara desde la cuneta. «Ojalá la policía pueda identificar al hombre, porque emprenderán acciones legales. Esto es un intento de homicidio. Si la UCI no toma medidas, lo haremos con el equipo. Esto es diferente a tirar cerveza», decía después de la carrera Van der Poel.
Pogacar peleó con él hasta que llegó ese error en la curva y nunca pareció que era su primera aparición en Roubaix. Su segundo victoria en Flandes le había dado moral, el resto lo tiene de serie. «Es increíble el gran campeón que es Tadej. Lo que hace aquí en su primera Roubaix... No me sorprende ya, pero no es normal. Es un talento excepcional», asegura Mathieu, que ha cambiado su rivalidad desde adolescente con Van Aert por la que vive ahora con Pogacar en las clásicas. «Habría que ver qué habría sucedido [si Pogacar no se sale en la curva]. Probablemente habríamos llegado los dos juntos al velódromo. Supongo que lo veremos de nuevo el año que viene para vengarse. Es una pena, pero es parte del deporte y de la París-Roubaix», explicaba. «Íbamos rapidísimo en esa curva y creo que Tadej se ha equivocado un poco al entrar. Yo he estado rápido para evitar el percance y luego ya no sé qué ha sucedido», añadía.
Van der Poel ya disfruta de su tercer triunfo en Roubaix. Un triunfo que, reconoce, «es especial».