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Wiggins afronta un punto de inflexión en su carrera tras renunciar al Tour

La retirada del británico Bradley Wiggins del próximo Tour de Francia pone en cuestión tanto su futuro papel en el equipo Sky como su capacidad para regresar al máximo nivel la próxima temporada, con 34 años.

Dave Brailsford, responsable del equipo británico, no ha querido arriesgarse a que Wiggins tomara la salida en la ronda francesa el próximo 29 de junio en Porto Vecchio (Córcega) sin estar al cien por cien y ha preferido entregar el mando del equipo a Chris Froome, segundo el año pasado y con quien Wiggins ha mantenido algunos roces.

El vigente campeón del Tour afronta en los próximos meses un punto de inflexión en su carrera en el que está obligado a recuperar cuanto antes su estado de forma, comprometido por la infección pulmonar que sufrió en el último Giro y las molestias en la rodilla que le han impedido entrenar con normalidad los últimos días.

Además de Froome, ciclistas como el australiano Ritchie Porte, el colombiano Sergio Henao e incluso el galés Geraint Thomas han demostrado su calidad en el equipo Sky y pueden complicar el regreso de Wiggins a la formación de Brailsford si continúan con esa progresión.

Con Wiggins ausente del Tour que comenzará sin etapa prólogo dentro de menos de un mes, se producirá la extraña situación de que el actual ganador, el primer británico que subió a lo más alto del podio en los Campos Elíseos, no lucirá el maillot amarillo en la primera etapa.

Froome, que se ha impuesto en tres pruebas esta temporada, intentará convertirse en el segundo ciclista del Reino Unido que llega a París de amarillo.

Una victoria de su compañero de equipo complicaría la vuelta de Wiggins como líder del equipo Sky, una posición que no tenía asegurada ni siquiera en plena forma dado que no ha vuelto a conocer la victoria desde agosto de 2012, cuando se hizo con el oro en la crono olímpica de Londres.

La edad, además, juega en contra del veterano corredor, que ha logrado gran parte de los éxitos de su carrera en el ciclismo en pista (acumula tres oros, una plata y dos bronces en los velódromos de Pekín, Sydney y Atenas).

Si la próxima temporada intenta revalidar su corona en el Tour, Wiggins se enfrentaría no solo a la carretera sino también a la estadística, ya que solo un puñado de corredores en la historia han llegado primeros a la capital francesa con 34 años o más.

Esa fue la edad con la que el estadounidense Lance Armstrong se hizo con su séptimo Tour, un título que se le ha retirado por dopaje, y también la edad con la que el australiano Cadel Evans se coronó en París en 2011.

Antes que ellos, tan solo habían ganado con esa edad el holandés Joop Zoetemelk, que se impuso en 1980 con 34 años; el italiano Gino Bartali, que ganó con la misma edad en 1948, y el belga Firmin Lambot, que conquistó la décimo sexta edición del Tour con 36 años, en 1922.

La situación preocupa a Wiggins, que afirmó que "deseaba ir desesperadamente"al Tour pero que, una vez descartado, ha sentido "alivio"por no tener que continuar luchando contra su lesión de rodilla sin apenas tiempo.

El británico contaba con tan solo tres semanas para alcanzar su mejor forma con suficiente antelación como para descansar unos pocos días antes de la salida de la ronda gala, un requisito imprescindible para afrontar con garantías la exigente carrera y que tanto Wiggins como su equipo han considerado imposible de alcanzar.