Fútbol

La dura crítica de Xavi a sus jugadores tras empatar en Nápoles: "Nos faltó saber competir"

El técnico del Barcelona le reclama a sus futbolistas que no supieran controlar el partido tras el 0-1. "Esto es la Champions"

Xavi, durante el partido ante el Nápoles
Xavi, durante el partido ante el NápolesAgencia AP

Los seguidores del Barcelona tienen más o menos claro que Xavi dejará de ser su entrenador a final de temporada, en cambio los del Nápoles ya han visto tres caras en el banquillo este curso y nadie les puede asegurar que Francesco Calzona sea el último técnico que tengan de aquí a junio. Recién llegado le tocaba dirigir el partido más importante en mucho tiempo para un club que vive en una crisis constante y que está acostumbrado a sufrir ataques desde dentro con los vaivenes de Di Laurentis, su presidente.

El Barcelona es un poco el Nápoles ahora mismo, con mucho ruido alrededor a pesar de que Xavi pensaba que lo podía calmar anunciado su adiós. Hace falta algo más que eso para calmar al Barcelona, por ejemplo un grandísimo resultado en su regreso a una eliminatoria de la Liga de Campeones, algo que no sucedió y de lo que se lamentaba Xavi. «Hicimos un buen partido con y sin balón, pero nos ha faltado competir y con el 0-1 calmar el partido. Era el momento de aparecer los futbolistas con solvencia. Tocaba dormir el partido, jugar en campo contrario... y eso lo he echado de menos», reconocía el preparador del Barça. «Hemos dominado 75 minutos pero en el primer tiro a puerta nos han marcado. Se trataba de aprovechar las que tuviéramos y no encajar, no lo hicimos y esto es la Champions», continuaba lamentando que el Nápoles tuviera «la del gol y poquito más. Una pena, porque el resultado no nos da la razón, era un partido para ganarlo».

Era un día tenso, sin margen de error, así que Xavi apostó por la defensa más experimentada posible, con Cubarsí en el banquillo. Quería dos centrales con barba cerrada y la pareja Araujo-Iñigo estuvo firme toda la noche, bajando con diligencia los balones por arriba, el único argumento de los locales hasta que encontraron por abajo a Osimhen, que en un único tiro hizo bingo. Y quizá también en el único titubeo de Iñigo, que se despistó una vez y rugió el Diego Armando Maradona al mismo tiempo que tembló como nunca antes el Barcelona. Los azulgrana solo habían conseguido dejar su portería a cero dos veces en los últimos diez encuentros, ambos contra el Osasuna, en la Supercopa y en Liga. En Nápoles parecía que iban camino de volver a firmar una hoja en blanco, pero por una rendija marcó el rival y el Barcelona volvió a mostrar que no consigue ser un equipo del todo redondo. Nada es fácil para los azulgrana este curso y la Champions se les atraganta como el final del partido, que les dejó un sabor algo amargo después de una noche aceptable. «Los centrales estábamos haciendo una muy buena tarea, pero tuvieron una y la metieron», analizaba Araujo.