Golf

La Europa de Jon Rahm recupera la Ryder Cup

La pelea de Estados Unidos el último día no fue suficiente para remontar. El español acaba invicto tras salvar un empate ante el número uno del mundo

Europa partía con una gran ventaja el último día de la Ryder Cup, en el que se juegan los 12 individuales: 10,5 puntos por los 5,5 de Estados Unidos, una renta que jamás en la historia se había recuperado. Los norteamericanos buscaban un milagro y por momentos pensaron que era posible, cuando tenían ventaja en muchos de los enfrentamientos. Los duelos con los jugadores más importantes eran los primeros. Los que iban a marcar el paso. De arrancada, Scottie Scheffler, el número uno del mundo, el hombre que la jornada anterior se fue llorando del Marco Simone Golf & Country Club después de haber recibido una paliza histórica junto con Koepka en los Fourballs (la modalidad en la que se juega con una bola y con golpes alternos de cada uno de los miembros de la pareja), contra Jon Rahm, tres de la clasificación y el líder del combinado del viejo continente.

Pero los campeones lo son por cómo juegan y también por su mentalidad. Al golfista de Nueva Jersey le pesó lo del día anterior quizá al principio, cuando falló un par de putts cortos. El español llegó a tener una ventaja de dos hoyos en el cinco, pero comenzó la remontada para dejar un final de encuentro espectacular. En el 11 se puso por delante Scheffler después de un malísimo hoyo de Rahm, muy descontrolado. Pero el jugador vasco sabe controlar sus nervios y su temperamento desde hace tiempo, y no le cambió la cara de concentración. En el 12 volvió Jon al empate y en el 13 se puso otra vez por delante. La igualada regresó en el 14 y la ventaja del estadounidense, en el 15, que supo mantener en el 16. Estaba contra las cuerdas el español, que en el penúltimo hoyo, un par 3, vió cómo Scheffler tenía un putt para llevarse el partido, era complicado, falló pero no por mucho. Sobrevivió el español y en el último hoyo, el par 5 en el que ha brillado en días anteriores, con un eagle incluso, volvió a tirar de calidad, ayudado en parte con su rival. Comenzó mal Scheffler, el siguiente golpe se fue a la hierba alta y Jon fue poniendo la bola en su sitio hasta que con un approach mágico la dejó a un soplido del agujero. El número uno falló un putt que era durísimo y el partido acabó en empate. Respiró Rahm, que acaba esta edición de la Ryder invicto, con dos victorias y dos empates.

Era importante en ese momento ese medio punto porque la mayoría de encuentros tenía color estadounidense. El equipo capitaneado por Zach Johnson no iba a tirar la toalla, por muy complicada que pareciera la misión. Hovland, que ha hecho una Ryder impresionante, no tuvo piedad de un apagado Morikawa y sumó el primer punto para Europa. Con el medio de Rahm, estaban a dos y medio del objetivo de llegar a 14,5 para recuperar el título que perdieron hace dos años. McIlroy pudo con Burns también de forma brillante. El norirlandés templó los nervios del día anterior, cuando estuvo a punto de llegar a las manos con el caddie de Cantlay, Joe LaCava (ex ayudante de Tiger Woods), que le provocó en los Foursomes agitando la gorra cerca de él cuando Estados Unidos ganó el punto. Con los palos, ha estado muy sobrio McIlroy todo el fin de semana.

Hatton sumó otro ante Harman y lo celebró con la afición enloquecido. Estaba Europa ya a medio punto del objetivo, aunque con muchos choques en desventaja. Ya había perdido Rose ante Cantlay y Aberg ante Koepka. Fitzpatrick tuvo un putt en su enfrentamiento con Max Homa para lograr ese medio punto, pero se le marchó y Estados Unidos siguió sumando.

El resultado era 14-9, con cinco duelos en juego, cuatro de ellos con ventaja de los norteamericanos. Schauffele recortó distancias al derrotar a Hojgaard, para poner el 14-10. El único duelo que parecía más claro era el de Fleetwood contra Fowler. El inglés hizo una salida espectacular en el hoyo 16, haciendo bailar la bola, y con eso acabó con las esperanzas de su oponente. Se había asegurado el empate y aunque su partido siguió, la Ryder ya era para Europa de nuevo.

Recogió la bola, levantó los brazos y abrazó a todo el que pasaba por su lado. Los campeones ya estaban de celebración, aunque había que acabar. El resultado final fue de 16,5-11,5. Los aficionados invadieron el green prácticamente con el último putt de Lowry, uno de los favoritos del público porque lo vive como nadie, que le sirvió para empatar contra Spieth un partido que tuvo toda la tarde perdido, aunque al hoyo 18 había llegado uno arriba. Era el tiro que ponía fin a la competición y que daba comienzo a la fiesta definitiva.