Entrevista
Athenea del Castillo: «Hemos abierto los ojos a muchísima gente»
Campeona del mundo y jugadora del Real Madrid. Entrevistamos a Athenea por los 25 años de LA RAZÓN como una de las mujeres más relevantes de España
Athenea del Castillo marcó el primer gol del Real Madrid el pasado fin de semana. Un tiro al borde del área. Lo más lógico era rematar abierto, al palo más largo, pero cambió y lo lanzó raso, al palo más cercano. Durante el entrenamiento lo había hecho un par de veces y como le salió bien, lo hizo durante el partido. Athenea gesticula cuando responde, mira a los ojos, se explica sin miedo y sonríe. Sonríe mucho.
¿Por qué es futbolista?
No sabría decir por qué empiezo a jugar al fútbol. Es algo que simplemente me gustaba desde pequeña. En el colegio siempre estaba jugando con mis compañeros y en casa se ve, y se veía, mucho fútbol, sobre todo en Madrid, en casa de mi tío y siempre estaba viendo los partidos. Hablé con mis padres y les dije que quería jugar al fútbol. Me apuntaron en el equipo del pueblo y hasta ahora.
¿Fue difícil?
Sí. Al principio no es fácil y por suerte mis padres y toda mi familia me apoyaban, estaba en el equipo de mi pueblo y la mayoría eran mis amigos, mis compañeros de clase y demás. Pero bueno, al ser una de las pocas niñas que jugaba, o incluso la única niña, no tenía ese ambiente de vestuario, porque te cambias aparte o ibas a otros campos y tenías que esperar a que tus compañeros se duchasen para ducharte. Llovía, eras una niña de diez años y tenías que estar ahí muerta de frío y decías ¡jo! Sí que se hacía difícil, porque luego también había comentarios, no de padres de mi equipo, sino igual de otros equipos o incluso de los niños: «¿Cómo te puede regatear una niña?». Creo que la sociedad tiene que cambiar y creo que está cambiando.
¿Quién era su referente?
Pues al principio me fijé sobre todo en chicos, porque yo cuando era una niña, las mujeres no tenían visibilidad. A mí me gustaba mucho Isco y me gustaba Cristiano Ronaldo, lógicamente, como a todo el mundo ¿no? Y encima jugábamos en la misma posición. Y luego sí que ya empezó a haber un poquito más de visibilidad en el fútbol femenino y a partir de ahí pues Jenni Hermoso y muchísimas jugadoras con las que he tenido la suerte de poder compartir vestuario.
¿Cuándo vio que podía llegar?
Pues al principio juegas porque te gusta, porque es lo que te hace feliz y lo que te motiva. Pero a partir de empezar a recibir las llamadas de las categorías inferiores de la selección, a ver que hay muchísimo boom con el fútbol femenino, empieza a crecer... Y ahora puedo decir que tengo el privilegio de vestir la camiseta del Real Madrid. Y la visibilidad y los medios y todo lo que te dan aquí es 100 por cien profesional. Tenemos unas instalaciones que en mi vida hubiese imaginado tener. Si te viene la oportunidad de jugar en el Real Madrid... Es como: «Olvídate del resto, que ya está».
"Si te viene la oportunidad de jugar en el Real Madrid... Es como: «Olvídate del resto, que ya está».
¿Soñó con conseguir todo lo que ha conseguido?
Bueno, a día de hoy te diría que siempre he soñado con ganar un Mundial. Por suerte lo he conseguido y sobre todo muy, muy pronto. Pero sí que hay una cosa que me encantaría y siempre lo he dicho desde pequeña: es ganar una Champions con el Madrid
¿Cómo aprendió a regatear?
Siempre he sido muy chiquitina, muy habilidosa. Al final me tenía que buscar la vida, sobre todo cuando jugaba con niños porque ya eran muy grandes y yo era así, como muy pequeñita, y claro, pues era habilidosa y regateaba.
¿El regate se piensa antes?
No, sale solo. Es como algo que tengo automatizado. Recibo, y hacia adelante, y a partir de ahí lo que me salga en ese momento. Lo tienes dentro y no lo puedes explicar. No voy pensando: voy a hacer esto, esto no. Yo voy. Y una y dos y tres veces y las que sean.
¿Se juega al fútbol como se es?
Sí. Al final si eres alegre, divertido, tienes una forma diferente de jugar. Yo, por ejemplo, la gente así, que es más seria, digo, estas son defensas, digo, esta tiene pinta de dar unas patadas... Tener diferentes recursos en un mismo equipo te hace tener muchísimas más posibilidades a la hora de competir.
¿Y cómo es Athenea del Castillo lejos del césped?
Yo soy muy alegre, muy divertida, me encanta, soy un culo inquieto, estoy todo el día para un lado, para otro. Termina el entreno y sigo corriendo y me voy corriendo al vestuario. Y yo creo que es que soy así y que el día que pierda esa alegría y pierda esas cosas y pierda esas ganas, esa ambición y esa motivación, será porque ya diga mira, ya está, cuelgo las botas, lo dejo, ya estoy que no puedo más. Pero ojalá pasen muchísimos años hasta eso. Todavía soy joven, tengo 22 años, me quedan un montón de cosas por vivir, un montón de cosas por hacer y sobre todo miles de momentos felices que vivir.
"El regate sale solo. Recibo, y hacia adelante, y a partir de ahí lo que me salga en ese momento"
¿Las campeonas del mundo sois referentes?
Yo creo que sí, que a día de hoy, sobre todo esa visibilidad, que no se veía antes, que hemos tenido durante todo ese Mundial, creo que nos ha hecho referentes de muchísimas niñas, de muchísimas niños y al final es una responsabilidad muy grande, porque cada paso que das hay diez niños o diez niñas que te están mirando y eres un espejo donde mirarse. Creo que eso es lo que nos va a hacer madurar y aprender de los errores y sobre todo cometer cada vez menos.
Habéis cambiado España.
Yo no te diría que hemos cambiado España. Yo te diría que creo que lo que hemos hecho es algo que ha abierto los ojos a muchísima gente, que puede decir ahora que sí tiene un referente para su hija o para su hijo. Sobre todo, gracias a esa visibilidad que hemos tenido es lo que ha hecho que a día de hoy no es que cambiemos España, sino que venga muchísima más gente a vernos, que se les abran un poquito los ojos. Siempre han apoyado el deporte femenino y ahora un poquito más.
¿Cómo va Teddy, su peluche?
Siempre lo tengo y aguanta porque lo cuido mucho. Cuando llegamos al estadio, lo primero que hago es coger mis camisetas, mis cosas y pongo todos los escudos para arriba y pongo a Teddy ahí plantado, ahí al lado de las cosas y siempre, siempre lo llevo. Es como una cosa más. Es así, chiquitito, blanco y... Bueno, de vez en cuando lo lavo porque si no, pobrecito.
Tiene muchas manías. ¿Cuál es la última que ha adquirido?
Interesante. Pues, la última manía que he adquirido es, antes de salir del vestuario, beber agua. Y eso que no tengo sed, pues yo, ya están saliendo mis compañeras y vuelvo a mi sitio, bebo agua y me voy. Es la última de entre tantas que tengo.
¿Esas manías se van?
Se quedan, van sumando. Cuando era más pequeña decía: «Con el paso del tiempo me voy a ir quitando manías, lo voy a conseguir». A día de hoy cada día tengo más y es como que no puede ser, digo: «Me las voy a quitar»; y voy añadiendo una más cada año a la rutina y esta, y esta y esta. Y al final llega el día que es que no me va a dar tiempo a hacer todo lo que tengo que hacer, y encima ya lo tengo tan automatizado que me sale solo.
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