Opinión

El Atlético y el clavo ardiendo

La jornada liguera que los aficionados rojiblancos esperaban ha llegado con un mes de retraso

Diego Pablo Simeone, en la banda del Sánchez-Pizjuán
Diego Pablo Simeone, en la banda del Sánchez-PizjuánJose Manuel VidalAgencia EFE

La jornada liguera que todos los hinchas atléticos estaban esperando ha llegado un mes tarde. El Atlético le ha recortado puntos al Barça y al Real Madrid remontando en Sevilla un partido que empezó perdiendo y en el que fue de menos a más. El equipo demostró las ganas de seguir enganchado a la Liga que se habían echado de menos en anteriores pinchazos.

Para ver una mejor versión, tampoco para tirar cohetes, que la del primer tiempo en el Pizjuán, Simeone hizo algunas rectificaciones sobre sus propias decisiones, incomprensibles en algunos casos y más si se tiene en cuenta todo lo visto durante el mes de marzo. La insistencia en la presencia de Nahuel Molina en el once inicial es especialmente llamativa si comparamos su rendimiento al de otros jugadores que, con muchos menos errores, han desaparecido del equipo a lo largo de estos años.

También merecen una mención especial las pocas oportunidades de Sorloth a lo largo de la temporada. El delantero noruego ha teniendo un rendimiento excelente saliendo desde el banquillo y lo ha hecho sin quejarse, sin reclamar más minutos, que se ha merecido por lo demostrado en el campo, y sin hacer una sola declaración fuera de lugar. Es inevitable hablar de lo injusto que está siendo Simeone con él, sin relacionarlo con la obcecación que tiene de dar a Griezmann más minutos de los que debería. Salta a la vista que el francés está completamente fundido, sin ninguna gasolina y que sus números en la segunda vuelta no se sostienen. Su relevancia en el juego es nula y no desequilibra con goles ni con asistencias, que brillan por su ausencia, pero la responsabilidad no es del jugador, que evidentemente no es inmune al paso de los años, sino de un Cholo que se empeña en exprimirle como un limón y le deja sin jugo en la parte más importante de la temporada. A la estrella gala le queda aún un año de contrato, pero si entre los dos no saben llegar a un acuerdo para dosificar sus esfuerzos, la próxima temporada será más una carga que una solución.